La primera receta que colge en el blog fueron unas albondigas con tomate, pero estas son lás auténticas albondigas de mi casa.
Como vereis son muy sencillitas, la clave esta en la manera de pochar la cebolla, igual que en la primera receta del Proyecto Roca, ese arroz oscuro de mar y montaña, al que se le daba el color solo con la cebolla.
INGREDIENTES.
1Kg de carne picada de ternera.
2 dientes de ajo.
Perejil fresco
2 huevos
1 taza de leche
Pan rallado.
3 cebollas dulces.
Agua.
Sal
Harina
Aceite de Oliva Virgen extra.
ELABORACIÓN
Lo primero es aliñar la carne. La salamos al gusto, picamos ahora y perejil muy picadito, le ponemos un par de huevos completos y una taza de leche. Lo mezclamos todo bien y lo dejamos reposar para que mezclen bien los sabores.
Cuando vayamos a formar las albóndigas le añadimos pan rayado a la mezcla de carne para que la masa coja consistencia.
Hacemos bolas con las manos y las pasamos por harina y a la sartén, que queden doraditas por fuera y las vamos reservando en una cazuela.
Cuando tengamos todas bien frititas, picamos la cebolla y en el mismo hacerte de hacer la carne a fuego muy bajito la ponemos a pochar.
Os decía en los ingredientes cebolla dulce, porque es el azúcar natural de la cebolla el que se carameliza y da ese color oscuro característico. Hay que hacerlo a fuego lento para que la cebolla se haga y tome color pero no se queme que nos estropearía el sabor.
Una vez lista la cebolla, yo suelo añadirle media cucharadita de harina, para que la salsa espese un poco más. La rehogamos 3 minutillos y lo tenemos listo.
Añadimos agua en la propia sarte, movemos y cuando empieze a hervir cubrimos las albóndigas y lo dejamos cocer a fuego lento al rededor de una hora, dependiendo del tamaño de las albóndigas. Y a disfrutar.
A esta receta básica yo en ocasiones le añado guisantes o zanahorias cortadas, por aportar algo mas.
"El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado". San Marcos 9,37
Fuente: este post proviene de Un Padre Cocinillas, donde puedes consultar el contenido original.
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