Sé que un día volarán y dejaran el nido, cuando llegue el día estaré preparada, los dejaré marchar para que ellos construyan sus propias vidas y yo estaré feliz y orgullosa por su capacidad de independencia; pero mi misión no acabará ahí, porque la labor de madre solo termina cuando nuestras vidas acaban, aunque ellos ya no estén en nuestra casa.
Amo a mis hijos y amo la vida que ellos me están proporcionado.
Y hoy unas alitas de pollo que les encanta!!!
Ingredientes para 4 personas:
Ajo en polvo, 4 cucharaditas
Alitas de pollo, 1,600g
Mantequilla "con sal", una cucharada, unos 15g
Perejil, un buen manojo
Pimienta negra, al gusto
Sal fina, al gusto
Vino blanco seco, 1/2 vaso
Utensilios:
Bandeja de horno
Brocha de untar
Papel de horno sulfurizado
Tiempo de elaboración, 1 hora de horno más 15 minutos de preparación.
Elaboración:
Precalienta el horno a 200ºC con el calor arriba y abajo + el ventilador.
Parte las alitas de pollo por la mitad para facilitar su consumo.
Tras esto derrite la mantequilla en el microondas.
Después coloca las alitas de pollo en una fuente de horno cubierta por papel de horno sulfurizado, esto hará que la placa de horno quede limpia tras el horneado.
Seguidamente unta las alitas de pollo con la mantequilla derretida ayudándote de tu brocha de cocina.
Salpimenta con sal fina y pimienta negra molida al gusto.
A continuación espolvorea las alitas de pollo con dos cucharaditas de ajo en polvo.
Después de esto pica el perejil y espárcelo sobre las alitas.
Introduce las alitas en el horno y hornéalas durante 20 minutos.
Transcurrido el tiempo gira una a una las alitas de pollo, salpiméntalas con sal fina y pimienta negra molida al gusto y espolvorea con las otras dos cucharaditas de ajo en polvo junto a un poco más de perejil picado. No añadas más mantequilla.
Hornea las alitas durante 20 minutos más.
Transcurrido nuevamente el tiempo riega con el vino blanco seco y déjala hornear durante 20 minutos más o hasta que las alitas estén a tu gusto.
Sirve caliente.
Un plato delicioso para chuparse los dedos, literalmente.
ADÁN
GABRIEL