Vale, ya sabemos que estamos en verano, que con solo oír la palabra horno a muchos nos sale un sarpullido y que la mayoría de días lo único que nos apetece es una simple ensalada fresquita o cualquier cosa que no requiera mucho esfuerzo... Pero también es verdad que pasar una semana prácticamente a base de ensaladas cansa, como me pasó a mi y te apetece comer algo más consistente... Aunque lo de que no requiera mucho esfuerzo lo seguimos manteniendo jejeje.
Sobre todo por que, como os hemos dicho antes, es de las que colocamos la bandeja en el horno y podemos salir corriendo a nuestro salón o terracita y olvidarnos de ella en una hora. No requiere que estemos pendientes del horno, de darles la vuelta, nada... solo unas pinceladas a la hora para darle un delicioso toque a miel y sésamo y listo.
Os pueden apañar más de una cena o comida, os lo aseguramos. Además, tienen un sabor muy rico. No llegan a ser muy dulces por que les ponemos muy poca miel y el sésamo le da su peculiar sabor tostado... Una delicia... Eso sí, el sabor es un poco seco por lo que os aconsejamos que las acompañéis de una rica limonada o cerveza bien fría y una ensalada. O terminar la comida con unos trozos de piña, como hicimos nosotros ¡acabará siendo una comida de lujo!
Aprovechad que este verano está siendo un poco atípico y calor calor no está haciendo. Encended el horno solo una horita y media para preparar estas deliciosas alitas ¡no os arrepentiréis!
Ingredientes (para dos personas)
8 alitas de pollo
2 cucharadas soperas de miel
Un puñado de sésamo crudo
Aceite de oliva
Sal y pimienta Preparación
Pon a precalentar el horno a 200ºC calor arriba y abajo.
Coloca las alitas en un bol, añade un poco de aceite y pimienta y mezcla todo con las manos hasta que estén bien cubiertas de aceite.
En una bandeja para el horno vierte un buen chorro de aceite y extiéndelo por el fondo. Coloca las alitas un poco separadas entre sí para que se cocinen bien y mételas en el horno.
Para la salsa, añade en un bol dos cucharadas de miel, una pizca de sal y pimienta y un chorrito de aceite.
Remueve todo hasta que te quede una salsa homogénea y reserva.
Cuando haya pasado 1 hora, saca la bandeja del horno y con la ayuda de un pincel cubre bien cada alita con la salsa de miel.
A continuación cúbrelas con el sésamo y mételas en el horno media hora más.
Pasado este tiempo ya solo queda sacarlas del horno y servir :).