2 raciones
INGREDIENTES
800 g de patata
350 g de cebolla
2 cm de jengibre fresco
3 dientes de ajo
400 g de tomate triturado
1 cucharada de té de comino
1/2 cucharada de té de fenogreco
1/2 cucharada de té de semillas de cilantro
1 guidilla
1/2 cucharada de té de cúrcuma
3 cardamomos
1 clavo
1/4 cucharada de té de canela
1/4 cucharada de café de nuez moscada
2 cucharadas de café de pimentón dulce
3 cucharadas soperas de cilantro fresco
ELABORACIÓN
Pelar la patata y trocearla en pedazos no muy pequeños. Reservar.
Calentar dos cucharadas de aceite de oliva en un cazo, echar 1 cucharada de té de comino y la cucharada de té de fenogreco.
Dejar tostar durante un minuto a fuego medio.
Majar los tres dientes de ajo y el pedazo de jengibre.
Añadir al cazo y dejar sofreír durante otro minuto.
Pelar y picar la cebolla y añadirla a la sartén. Dejar cocinar a fuego bajo durante unos diez minutos o hasta que la cebolla comience a transparentar.
Cuando esté, añadir el tomate y las patatas cortadas.
Majar 1/2 cucharadita de té de cilantro y una guindilla (si es una guindilla grande puede también meterse entera en la cazuela) y añadirlo a la cazuela junto con la 1/2 cucharada de té de cúrcuma.
Revolver y añadir, si la salsa de tomate se ve muy densa, un poco de agua.
Cocinar por aproximadamente 40 minutos a fuego medio alto o hasta que las patatas estén tiernas.
Finalmente, majar los tres cardamomos y el calvo y echarlos a la cazuela junto con 1/4 cucharada de té de canela, 1/4 cc de nuez moscada y 2 cc de pimentón dulce.
Revolver y dejar cocinar durante otros tres minutos.
Mientras tanto, picar el cilantro y espolvorear con él antes de servir.
Por lo que he visto, este plato debe ser un aperitivo, pero nosotros lo hemos comido como plato único con un pan indio (puri, ver receta).