Para ser sincera, os confesaré que una de las últimas veces que hice este angel food cake, tuve un percance, cuando lo estaba trasladando se me cayó al suelo y se me rompió, estaba todavía caliente y no aguantó el porrazo.
Comentándolo con una amiga me pidió que la próxima vez que tuviera un percance de esta índole pusiera fotos para animarse (¡es tan maja, ella! Creo que quiere reírse de lo patosa que soy, con amigas como esta...). La verdad es que me disgusté tanto que lo tiré inmediatamente, estaba insalvable y yo tenía hasta ganas de llorar, ahí estaba él, tan tierno, tan bonito y tan destrozado... Y yo, con invitados y sin postre; suerte que suelo tener macarons congelados, así que, saqué algunos y los rellené. ¿Quién me lo iba a decir? En esta ocasión, los macarons fueron el premio de consolación. Al menos, me salvaron el postre, si es que mujer prevenida, vale por dos. (¡¡¡Si es que no necesito abuela!!! La verdad es que si no me animo sola...)
Basta ya de cháchara, os dejo con lo realmente importante, la receta y las fotos de esta maravilla.
Ingredientes: (Para un molde de 25 cm.)
15 caras de huevo
2 cucharadas de cremor tártaro tamizadas
370 gr. de azúcar
115 gr. de harina
30 gr. de Maizena
la ralladura de una naranja
chips de chocolate negro al gusto (en mi caso, unos 100 gr., no quería que tuviera demasiado, ya sabéis que no soy muy chocolatera)
el zumo de una naranja y azúcar glas para el glaseado
Preparación:
1) Batimos las claras a velocidad media alta, cuando hagan espuma, añadimos el cremor tártaro. Cuando el merengue haga picos blandos, vamos añadiendo el azúcar a cucharadas. Una vez integrado, subimos la velocidad de la batidora hasta obtener un merengue firme.
2) Tamizamos la harina y la maicena y las incorporamos al merengue con movimientos envolventes.
3) Añadimos la ralladura y los chips de chocolate íntegrándolos a la masa con mucho cuidado.
4) Vertemos la masa en el molde y horneamos a 180º (el horno debe estar caliente cuando lo metamos) durante unos 45-50 minutos, como siempre, dependerá de nuestro horno.
5) Sacamos del horno y dejamos enfriar boca abajo para que las claras no pierdan su aire. Cuando lo podamos tocar, lo desmoldamos y dejamos enfriar del todo encima de una rejilla.
6) Una vez esté frío del todo, glaseamos con la mezcla de zumo y azúcar glas (recordad que podéis modificar el glaseado añadiendo más o menos azúcar en función de si lo queréis más o menos espeso).
Os dejo con más fotos para ver si os animáis aunque recordad, si lo probáis, no podréis dejar de hacerlo. Hasta pronto, kilos y kilos de besos.
Sandra
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