Es una receta que tiene mil versiones, en unas le ponen canela, en otras vainilla, unas llevan mantequilla, otras llevan leche condensada, unas cáscara de limón, otras cáscara de naranja... PUES YO SE LO HE PUESTO TODO...! Y quedó para chuparse los dedos.
Es importante que quede cremoso pero que el grano de arroz no se deshaga.
INGREDIENTES:
1 l de leche (yo semidesnatada)
150 g de arroz
60 g de azúcar
25 g de canela
una cáscara de naranja y otra de limón
una rama de canela
una vaina de vainilla
canela en polvo
25 g de mantequilla
5 cucharadas soperas de leche condensada
ELABORACIÓN:
En un cazo ponemos la leche, el azúcar, las cáscaras de naranja y de limón, la rama de canela y la vaina de vainilla cortada longitudinalmente.
Dejamos hervir unos 5 minutos para que se infusione bien, cerramos el fuego y dejamos infusionar 5 minutos más. A continuación sacamos las cáscaras, la canela y la vainilla y echamos el arroz.
Lo dejamos hervir a fuego bajo durante 20 minutos. Yo le pongo la tapa para que pierda el mínimo de líquido posible pero no te puedes ir de la cocina porque en un momento la leche puede crecer y salirse fuera del recipiente. Hay que estar pendiente.
A partir de los 20 minutos comprobamos como está de blando, para mi gusto lo ideal es dejarlo 23 minutos, incluso hasta 25 minutos según el arroz que se utilice. Entonces apagamos el fuego y sin quitar la tapa dejamos reposar durante 5 minutos.
Una vez han pasado los minutos de reposo echamos la mantequilla y removemos, con el calor residual se funde enseguida. La mantequilla le potencia el sabor y le da brillo.
A continuación le echamos 5 cucharadas de leche condensada que acabarán de darle cremosidad y un poco más de dulzor pues antes hemos puesto azúcar pero poco.
Repartimos el arroz con leche en vasos o copas, tapamos con papel film y lo dejamos enfriar en la nevera.
En el momento de servir lo espolvoreamos con canela en polvo.
Se come fresco de la nevera.