Esta entrada va dedicada a las personas con intolerancias alimentarias. Hay postres tradicionales que no puede comer todo el mundo. Mi cuñado Nacho, por ejemplo, tenía de niño intolerancia a la lactosa y no es capaz de comer lácteos, ni natas ni quesos. Es un problema a la hora de preparar postres.
Este arroz con leche no lleva gluten ni lactosa, así que, para qué resistirse a un postre especial con un sabor delicado a almendras.
Para 4 personas:
1 L de leche de almendras
100 g de arroz de grano redondo
100 g de azúcar
1 rama de canela
unas cáscaras de limón
unas cáscaras de mandarina (o naranja en su defecto)
1 pizca de sal
azúcar moreno y canela molidaSe lava la mandarina y el limón, se seca y se cortan unas cáscaras finas sin llegar a la parte blanca para que no amargue.
Se pone en una cazuela el arroz con la rama de canela, las cáscaras de cítricos, una pizca de sal y un poco de agua.
Se pone al fuego y se remueve con una cuchara de palo hasta que hierva y suelte un poco el almidón. Se va agregando la leche de almendras, poco a poco y removiendo a fuego lento.
Se deja que vaya cociendo y soltando el almidón, para que quede cremoso, durante 40 minutos de amorosa removida para que no se pegue al fondo del cazo.
Se añade el azúcar y se mezcla bien con la cuchara de madera, dejando que cueza otros 5 minutos más.
Se vierte en cuencos individuales y se deja enfriar. Se espolvorea con canela o con azúcar moreno que se quema con una plancha justo antes de servir.