Pues sí, esta es una versión fácil del arroz negro, y lo es por que no utilizo sofrito ni caldo natural, lo siento, pero mi congelador no da para más, o sea que habitualmente utilizo caldos ya preparados (no os penséis, que ando dándole vueltas a donde ubicar un congelador supletorio).
A mi hijo le encanta el arroz, en todas sus versiones, así que raro es el fin de semana que no lo hago, y claro, como la rutina culinaria me mata voy cambiando, esta semana nos tocó el arroz negro.
En nuestro caso nos encanta acompañarlo con un poquito de all-i-oli, creo que es una combinación excepcional.
También deciros que a nosotros nos gusta el arroz bien suelto y un poquito duro, lo que a veces se llama arroz al dente, si a vosotros os gusta más pasadito sólo tenéis que añadir un poco más de líquido y alargar los tiempos de cocción, aquí sólo funciona el prueba y error.
Venga, vamos a por el, que tengo que preparar el menú para la semana que viene.
INGREDIENTES (PARA DOS PERSONAS):
200 gr de arroz bomba
500 gr de caldo de pescado
Un sobrecito de tinta de calamar
Dos cucharadas de tomate frito
Media sepia limpia partida en trozos medianos
Sal
Aceite de oliva
ELABORACIÓN:
En una paellera para dos (a los efectos también sirve una sartén mediana, no hay problema), ponemos un poco de aceite de oliva (que cubra ligeramente el fondo) y calentamos a fuego medio alto.
Cuando el aceite esté caliente añadimos la sepia y la sofreiremos durante unos 3 minutos (veréis que toma un color blanco más intenso), en este momento añadimos el arroz y lo sofreimos un par de minutos (de esta forma conseguimos que quede más suelto).
Añadimos ahora el tomate y la tinta de calamar y mezclamos bien para que quede totalmente integrado.
Ponemos el caldo, removemos un poco, y ya no lo tocamos más, estará listo en unos 15 minutos.
No está de más que lo probéis, yo lo apago cuando aún está un poquito duro y lo dejo reposar 5 minutos tapado con un trapo, así, aunque veáis que os queda un poco caldoso no hay problema, con el reposo el arroz acabará absorviendo el resto del caldo.
Y listo, a mi me gusta añadirle un poco de zumo de limón cuando me lo voy a comer, la verdad es que le da un punto muy bueno.
Y esto es todo por hoy, os emplazo a volver a vernos el viernes con el menú de la semana que viene.
Mientras tanto podéis seguir mi día a día a través de las redes sociales:
Un beso enorme a todas/os.