Esta combinación es una delicia, os lo aseguro, y su preparación tan sencilla que no gastaréis mucho tiempo en la cocina. Primordial, como digo siempre, elegir bien los productos de huerta. Si son frescos ya tendréis mucho ganado.
Hoy he empleado espinacas baby y una variedad de berenjena blanca y morada que me gusta mucho por su sabor suave y dulce. El toque de jamón en las espinacas le dan un extra de sabor, pero si preferís hacer un plato vegetariano utilizar dos dientes de ajo previamente salteados.
ingredientes
Berenjenas
Espinacas baby
Cebolla tierna o de verdeo
Jamón del país
Huevo
Pan rallado grueso
Sal
Aceite de girasol o de oliva sabor suave
Cortar las berenjenas a rodajas de más o menos un cm. Condimentar con un poco de sal y dejar reposar en el interior de un escurridor, durante unos 30 minutos. Que suelten el agua que contienen, de ese modo quedarán más crujientes al freír.
También se suele hacer esto para que con el líquido se vaya el ligero amargor de la carne de algunas variedades de berenjenas, pero en este caso no es necesario tomar ninguna precaución al respecto porque la berenjena bicolor no amarga. Alguna variedad de color morado tampoco presenta ese sabor amargo tan característico pero es difícil saber cuales si y cuales no. Es un poco como los pimientos de Padrón, si toca, toca...
A continuación pasar por huevo y pan rallado.
Freír en abundante aceite caliente y escurrir el sobrante encima de un papel de cocina. Reservar al calor.
Saltear el jamón a tacos con un poco de aceite hasta dorar. Retirar.
En la misma sartén, con más aceite, sofreír la cebolla tierna. Condimentar con sal. Cuando se haya pochado añadir las espinacas bien lavadas y escurridas.
Sofreír hasta que la verdura se haya cocinado a vuestro gusto. Condimentar con sal.
La espinaca tiene un sabor bastante fuerte y no necesita mucha sal, usad solo la necesaria.
Añadir el jamón. Mezclar.
Servir inmediatamente.