¡Qué peligro tiene la receta de hoy!, hasta yo que no soy golosa me puedo comer cinco de éstos seguidos...Eso sí hay que tener muchííiiiiisima paciencia para secar estos besitos o suspiros de merengue en el horno....cuatro horas estuvieron los míos....a baja potencia si, pero 4 horas. Aunque el resultado merece mucho la pena. La receta está en muchos blogs, de hecho todos los que he visto usan las mismas proporciones. He visto que el tiempo de secado de unos blogs a otros varía, y que desde una hora y cuarto hasta tres horas...y los míos cuatro...supongo que dependerá del tamaño y del horno. Algunos le añaden algún saborizante, aunque yo no le he añadido nada. Sobra decir que son ideales para celebraciones, para completar una mesa dulce, para repartir entre nuestros invitados....y ahora que vienen Comuniones seguro que son un éxito.
INGREDIENTES (la medida que tendréis que coger es la de la clara de huevo, lo que pese ésta o estas será la misma cantidad de gramos que habrá que añadir de azúcar glass y azúcar blanquilla, mis cantidades equivalen a 4 claras de huevos M):
118 gr. de clara de huevo (podéis poner pasteurizadas, aunque montan mejor las frescas).
118 gr. de azúcar blanquilla
118 gr. de azúcar glass
Una pizca de sal
Unas gotas de zumo de limón
Colorante alimentario en gel (el mío el rosa de Wilton)
PREPARACIÓN:
El secreto para que la receta salga es conseguir un merengue francés consistente y secar los merengue completamente en el horno, para evitar que al mordisquear el interior quede de textura chiclosa. Por lo que empezaremos montando el merengue. Ya sabéis los pasos básicos a seguir para que las claras monten bien. Lo primero es que el bol y las varillas de la batidora estén completamente limpias (yo lo monté en la Kitchen Aid, reconozco que eso es partir con ventaja..), otra premisa para que monte bien es que en las claras no caiga ningún resto de yema de huevo. Empezamos a montar las claras con una pizca de sal a temperatura media y cuando empiecen a burbujear las claras vamos añadiendo el azúcar blanquilla poco a poco. Una vez completamente añadido todo el azúcar blanquilla subimos un poco la potencia, añadimos unas gotas de zumo de limón y seguimos montando hasta conseguir una masa que haga picos y al poner el bol al revés no se muevan, y, por supuesto no se caigan.
Una vez montado el merengue añadiremos el azúcar glass tamizado, y, con la ayuda de una espátula, mezclamos con movimientos envolventes, de abajo hasta arriba, evitando bajar el merengue y ponerlo liquido. Separamos el merengue en dos boles y en uno de ellos le añadimos el colorante que más nos guste, poquito a poco, para que no quede un color muy subido, pero siempre teniendo en cuenta que luego pierde algo de color en el horno.
Metemos cada uno de los colores en una manga pastelera. Yo he usado una boquilla lisa para los blancos y la boquilla 1M para los rizados. Vamos vertiendo montoncitos sobre la bandeja de horno forrado con papel vegetal. Si queréis que no tarden tanto en el horno los haremos más pequeñitos. Introducimos las dos bandejas en el horno precalentado a 80º, cambiando las bandejas de vez en cuando para que tenga una cocción uniforme en las dos.
Cuando veamos que se despegan del papel con facilidad podemos ir probando para ver si están terminados. Si después de terminarlo vemos que se nos queda el interior chicloso seguiremos la cocción hasta que estén completamente secos por dentro y por fuera. Una vez conseguido este punto sacamos, dejamos enfriar y guardamos en un en una lata o bolsa con cierre hermético. Dicen que aguantan 2 o 3 meses.....aunque ya os digo que es imposible que duren tanto tiempo...son un vicio.
Y con ellos os dejo, disfrutad del día.
Lidia.