El bizcocho de hoy es un poco diferente a los que he hecho hasta ahora y no sólo por la forma tan deportiva del molde, sino por uno de los ingredientes. Lleva leche, sí, pero no la leche convencional, sino en polvo y os aseguro que el sabor a caramelo de este bizcocho es asombroso. Una delicia. Y otra cosa que me ha llamado la atención es la jugosidad del interior. Y ya por último... he de confesaros que olía taaaaaaaaan bien que no fuimos capaces de esperar a que se enfriase por completo y nos lo comimos aún caliente...
Ingredientes1 taza de leche en polvo2 huevos1/2 taza de azúcar1 cucharadita de pasta de vainilla (yo Home Chef)1/2 taza de aceite de girasol1/2 taza de agua1 taza de harina1 cucharadita de levadura en polvo (impulsor)
* la taza utilizada es una normal de desayuno de 250 ml
Precalentamos el horno a 180º.
Lo primero que haremos es tostar la leche en una sartén con mucho cuidado de que no se queme. Reservamos.
En un bol batimos los huevos con el azúcar hasta que blanqueen. Añadimos la vainilla y batimos de nuevo.
Incorporamos el aceite y el agua. Mezclamos bien.
Echamos la leche ya dorada en la mezcla y batimos hasta integrarla. Incorporamos, por último, la harina mezclada con la levadura y tamizadas y batimos a baja velocidad hasta que se mezclen bien todos los ingredientes.
Vertemos la mezcla en el molde y metemos en el horno a 180º durante unos 30-40 minutos o hasta que al pinchar con un palito este salga limpio.
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