En el mundo anglosajón llaman "Gingerbread" (pan de jengibre) a cualquier dulce, desde las típicas galletas de Navidad hasta un bizcocho, que esté aromatizado con melaza y jengibre, aunque suelen incluir más especias y algunos utilizan miel en vez de melaza.El uso del jengibre es ancestral, usándolo ya los antiguos chinos y egipcios, posiblemente en ceremonias religiosas y como tratamiento médico, ya que tiene propiedades que ayudan a la digestión y elimina las nauseas. No está muy claro como llegó esta raíz a Europa. Algunos opinan que ya la utilizaban los antiguos griegos, otros piensan que se introdujo desde Asia a través de la ruta de la seda y otros que lo trajeron los cruzados al volver a casa.
Sea como sea, el pan de jengibre es una receta que se conoce en todo el mundo. Una teoría bastante extendida sobre su origen, es que la trajo a Europa el monje armenio Grégoire de Nicópolis, cuando vino a vivir a Francia. Desde allí se extendió a toda Europa, donde podemos encontrar recetas similares en cada país: como el "Pain dépices" francés, el "Lebkuchen" alemán, el "Piernik" polaco o el "Peperkoek" de Holanda. Finalmente, fueron los colonos británicos los que llevaron esta receta al nuevo mundo.
Recetas de pan de jengibre existen millones. Yo he elaborado la mía de forma que podamos seguir practicando con la técnica de las masas batidas ligeras. Como podéis comprobar en el detalle de la receta, la base de la misma son los 4 ingredientes de cualquier bizcocho 4 cuartos, todos ellos en cantidades iguales: huevos, azúcar, harina y mantequilla. A los que se les añaden los ingredientes típicos de un pan de jengibre: melaza y mezcla de especias (después de probar varias mezclas, esta la encontré en la página de King Arthur Flour, y para mi es la mejor que he probado hasta el momento). Incluyendo, además, otras materias que ayudan a aportar jugosidad y ligereza a la textura, como son el impulsor, el bicarbonato y el yogur o crema agria. Una mezcla, ¡perfecta!.
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Bizcocho 4 cuartos de pan de jengibre (Gingerbread)
Ingredientes
- Para el bizcocho
Huevos L - 5 uds
Azúcar moreno - 300 g
Melaza - 150 g
Yogur griego o crema agria - 125 g
Harina - 300 g
Sal - 1/2 cdta
Bicarbonato sódico -1/4 cdta
Impulsor - 1 cdta (Levadura química)
Mezcla de especias - 2 cda
Mantequilla - 300 g- Para la mezcla de especias
Jengibre en polvo - 25 cdta
Canela molida - 15 cdta
Nuez moscada molida - 1 cdta
Clavo de olor molido - 1/2 cdta
Pimienta de Jamaica (Allspice) molida - 1/2 cdta
Elaboración
Comenzamos organizando todos los ingredientes y dejamos que se atemperen a la temperatura ambiente. Mientras tanto, preparamos la mezcla de especias. Si es necesario, pasamos por el molinillo o por el mortero aquellas especias que no tengamos molidas. Una vez medidas, las mezclamos bien y separamos las 2 cucharadas que vamos a necesitar para el bizcocho. Reservamos.
Derretimos la mantequilla y la reservamos a parte para que temple mientras preparamos el resto de la masa. Precalentamos el horno a 180 ºC, con el calor arriba y abajo y la rejilla un poco por debajo de la mitad del horno. Encamisamos un molde de aro de unos 24-26 cm de diámetro o similar, engrasándolo y enharinándolo.
Desclaramos los huevos y comenzamos a montar las claras. Cuando empiecen a hacer picos, añadimos un poco menos de la mitad del azúcar y las terminamos de montar hasta que estén firmes y brillantes. Reservamos en un bol a parte.
Montamos las yemas con el resto del azúcar hasta que tripliquen su volumen y la mezcla se vuelva pálida. Con ayuda de una lengua, agregamos el yogur y la melaza. Tamizamos todos los ingredientes secos, es decir, harina, sal, bicarbonato, impulsor y especias. Los incorporamos con movimientos envolventes, teniendo cuidado de no batir enérgicamente para que no se bajen las yemas. Agregamos la mantequilla derretida pero fría. Terminamos la masa agregando las claras montadas en 2 ó 3 tandas. Traspasamos la masa al molde y alisamos la superficie.
Horneamos unos 35-40 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo, éste salga limpio. Si utilizas un molde que no sea de aro, quizás te tarde más tiempo en cocer, porque habrá menos masa en contacto con las paredes del mismo. Al sacarlo del horno, lo dejamos templar unos 10 minutos dentro del molde y después lo desmoldamos sobre una rejilla hasta que enfríe completamente.
Es mejor prepararlo de un día para otro, ya que gana en jugosidad y se aprecian mejor los aromas de las distintas especias. Consérvalo en un recipiente hermético o envuelto en papel film.
Para mi es uno de los bizcochos más ricos que se pueden comer, jugoso y lleno de sabores. Me encanta acompañarlo de una buena taza de café calentito y comérmelo pegada a la chimenea, tapada con una mantita y disfrutando de los placeres del invierno. Espero que os guste y que compartáis vuestros comentarios con todos nosotros. ¡Hasta la semana que viene!.