Es un bizcocho delicioso por su combinación de sabores con un interior húmedo por la cantidad de pera que lleva por lo que no se queda nada seco por dentro.
Es una forma estupenda de comer fruta en el desayuno, sobre todo si hay niños en casa y también es una opción para darle uso a la fruta que se nos haya quedado demasiado madura.
Ingredientes
280 g de harina de repostería
8 g de levadura química
260 g de azúcar
150 ml de leche entera
80 g de chocolate puro en polvo
1 yogur griego
3 huevos L
100 ml de aceite de oliva virgen
500 g de puré de pera
Una pizca de sal
1 cucharada de ron (opcional)
Elaboración
Limpiamos las peras, las pelamos, retiramos las semillas y las troceamos hasta tener 500 g de pera ya limpia. Ponemos la pera troceada en el vaso de la batidora y batimos hasta obtener textura de puré.
Precalentamos el horno a 180 ºC.
En un cuenco amplio ponemos la leche con el chocolate en polvo y mezclamos hasta que esté completamente disuelto. Añadimos los huevos, el azúcar y batimos bien, preferiblemente con una batidora de varillas. Incorporamos el yogur y el aceite, mezclamos y volvemos a batir. Echamos el puré de pera y mezclamos con una espátula. Si opcionalmente vamos a aromatizar el bizcocho con una cucharada de ron, este es el momento de añadirla. Incorporamos poco a poco la harina previamente tamizada, la levadura química y la pizca de sal mientras continuamos mezclando hasta que nos quede una masa homogénea y sin grumos.
Engrasamos el molde que vayamos a utilizar y lo espolvoreamos levemente con un poco chocolate en polvo. Echamos la masa en el molde y horneamos a media altura con calor arriba y abajo durante 55 ó 60 minutos aproximadamente. Pinchamos para ver si el bizcocho ya está bien horneado, aunque en este caso el palillo no nos saldrá completamente limpio ya que es un bizcocho húmedo por la cantidad de puré de pera que lleva. Aun así si nos parece que aun le falta un poco pasada la hora de horneado, podemos dejar el bizcocho dentro del horno apagado y con la puerta entreabierta unos 10 minutos más.
Sacamos el bizcocho del horno, y ponemos el molde sobre una rejilla para que vaya perdiendo calor. Pasados unos 20 minutos, desmoldamos el bizcocho con cuidado, si es preciso pasamos un cuchillo para despegar el bizcocho de las paredes del molde, lo colocamos sobre un plato o fuente y a disfrutar.