La vuelta al cole, además de los gastos que ocasiona, trae otra serie de preocupaciones diarias, una de ellas es la de qué echarle a los niños en el desayuno. Desde la mayoría de los colegios ya se han puesto medios para evitar que los niños lleven bollería industrial. En mi colegio existe un calendario de desayunos para los niños de infantil, cada día tienen que llevar lo que hay establecido en el calendario, para así evitar esos casos de abuso de desayunos insaludables. Para niños más grandes ya no existe ese calendario, pero se supone que ellos ya se han creado el hábito, aunque tampoco es tan fácil mantenerlo y han llegado a plantear un concurso donde quien lleve más fruta es premiado a fin de curso.
Lo ideal sería que los niños llevasen a diario una pieza de fruta para el desayuno, ya que se supone que en casa ya han desayunado como tienen que hacerlo, pero la realidad es distinta y la mayoría de los niños desayunan poco en casa, por lo que las madres se ven en la casi obligación de echarles algo más sustancioso que una pieza de fruta para aguantar el día.
¿Y para qué os cuento ésto?, pues es muy sencillo, mi segunda opción después de la fruta es un mini bocadillo, pero también se cansan los niños, por lo que otra alternativa a la fruta y bocadillo es una pieza de bollería preparada en casa, algún bizcocho o magdalena casera. Y este bizcocho es genial para ello, pues es muy esponjoso y gusta mucho a los niños. Si vemos que no lo tomaremos entero, podemos congelarlo en rodajas dentro de una bolsa de congelación y sacarlo por la mañana para llevarlo al cole. Los bizcochos congelan muy bien, os lo digo por experiencia.
Es un rico bizcocho con un sabor de siempre. La receta se la vi a Pam en Directo al Paladar y me gustó mucho. Ya veréis que bueno...
INGREDIENTES:
4 huevos medianos
200 gr. de azúcar
200 ml. de nata (crema de leche) para montar
Ralladura de un limón
175 gr. de harina de repostería
16 gr. de levadura química (equivale a un sobrecito de levadura)
Mantequilla o spray desmoldante para engrasar el molde
Azúcar glass para espolvorear
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 180º, engrasamos un molde tipo plum cale con un poco de mantequilla o poniéndole spray desmoldante. Separamos las claras de las yemas y montamos las claras a punto de nieve. En otro bol mezclamos el azúcar, la nata (crema de leche) y las yemas, y batimos hasta obtener una masa esponjosa (yo ésto lo he hecho con unas varillas manuales). Añadimos la ralladura de limón.
Tamizamos la harina y la levadura y añadimos a la mezcla de las yemas con cuidado. Después añadimos las claras montadas con movimientos envolventes para no bajar mucho la mezcla y así conseguir que nuestro bizcocho salga esponjoso. Introducimos en el horno y horneamos durante unos 40 minutos, o hasta que comprobemos con una brocheta que ésta sale limpia. Sacamos del horno y dejamos que se enfríe dentro del molde durante unos diez minutos. Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla completamente. Espolvoreamos con azúcar glass a la hora de servir. Mantendremos durante unos días envuelto en papel film.
Es importantísimo educar a los niños en su alimentación, indicándoles lo importante que es para su salud una buena alimentación y quitándole malos hábitos que lleguen a ser más adelante perjudiciales para su salud. Si quieren bizcocho o magdalenas infinitamente mejor hacerlo en casa que comprarlo. Y este bizcocho es una muy buena opción.
Feliz miércoles.
Lidia.