Este año no hay planes especiales ni ningún viaje previsto, pero espero aprovecharlas a tope.
De entrada a ver si me reconcilio con el blog que lo tengo al pobre algo triste y abandonado.
Ya se sabe, uno propone pero la vida es la que realmente dispone.
Como arrancadilla me apetecía hacer algo tradicional. Un bizcocho de esos que haces cuando quieres compartir una merienda con unas amigas alrededor de una buena tetera.
Tenía unas manzanas en casa y he tenido la suerte de toparme con esta receta rumana, que he tenido que traducir, pero que ha valido la pena (tampoco es que fuera mucho esfuerzo gracias a nuestro querido Goggle) (>??)?
Para prepararlo vamos a necesitar:
3 huevos grandes
300 grs. de azúcar
175 ml. de aceite (vegetal o de oliva suave)
1 cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita de canela molida
2 cucharaditas de extracto de vainilla (yo he puesto vainilla en pasta)
250 grs. de harina simple de trigo
5 manzanas medianas
Zumo de 1/2 limón
90 grs. de nueces picadas
Ponemos a calentar el horno a 180º y engrasamos el molde que vayamos a utilizar.
Pelamos y cortamos las manzanas en trozos de aproximadamente 2 cm. Las reservamos en un bol añadiéndole el zumo de limón para evitar que se oxiden.
En un bol batimos los huevos con el azúcar hasta que estén espumosos.
Añadimos el aceite y seguimos batiendo.
Incorporamos el bicarbonato, la canela y la vainilla mezclándolo bien.
Tamizamos la harina y la agregamos a la mezcla batiendo hasta que esté bien incorporada.
Echamos por último las manzanas y las nueces y las mezclamos con ayuda de una cuchara o espátula.
Volcamos en el molde y horneamos durante unos 45 minutos a 180º.
Tras retirar del horno dejaremos que esté tibio antes de desmoldarlo.
Dejaremos que acabe de enfriar sobre una rejilla.
Como siempre, tengo el gran problema de la impaciencia y me comí el primer trozo acabadito de desmoldar.
¡Riquísimo! ¡Lo que me ha costado no repetir!
¿Crees que exagero? Ya me contarás cuando lo pruebes.
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