Pues resulta que como en Agosto está todo por aquí bastante muerto, y “todo” incluye mi creatividad, tal como vi en Facebook que Constanza de MyVirtualCook preguntaba a ver quién se quería apuntar a un reto, yo me apunté.
En realidad me apetecía más que nada apuntarme a un reto con ella, para que os voy a engañar. Sé que se le dan estupendamente las masas y pocas veces se da la oportunidad de poder “trabajar de manera virtual” con alguien de quien puedes aprender sin parar. A ella la descubrí un día, hace unos cuantos años, cuando saltando de un vídeo a otro en Youtube, fui a parar a unos vídeos suyos donde enseñaba a preparar levadura madre. Eran como 3 vídeos en los que añadía ingredientes, dejaba horas de reposo, sacaba otra parte, añadía más ingredientes, más horas de reposo… bueno, no se en total cuánto tiempo era pero yo creo que pasaban días. Por aquel entonces yo no amasaba tanto como ahora y alucinaba con la cantidad de reposos… pero sobre todo… con las sogas de amarrar barcos con las que ataba los paquetes de levadura madre y cómo de un día para otro esa levadura había crecido tantísimo que hasta rompía los paños con los que estaba envuelta!! Los ojos como platos, no se cuántas veces me vi los vídeos.
Bueno, de repente ya no encontré los vídeos en Youtube pero un día la encontré a ella en Facebook. Genial, a seguir aprendiendo Y así hace poco me encontré con que quería organizar un reto. Proponer unos ingredientes base con los que teníamos que elaborar algo, lo que quisiéramos siempre y cuando esos ingredientes tenían que estar en esas cantidades. Se podían añadir pero no quitar. Habilitó un chat un sábado tarde (mañana para los americanos) y allí todos compartiendo fotos y risas. Genial eso de estar compartiendo con todo el mundo a tiempo real.
Yo tenía ganas de preparar unos panecillos dulces y aprovechando que tenía coco rayado y leche de coco por ahí, el coco estaba predestinado a formar parte de la receta. Me quedaron con aspecto y textura de brioche, y eso que no usé mantequilla ni ningún tipo de grasa en la masa, excepto la leche de coco que ya es en sí un poco grasa. De hecho no… ¿sabéis que siempre me estoy quejando porque no doy con la receta de brioche que me permita comerlos de un día para otro sin que la miga parezca esponja? Pues mira qué cosas, que esta receta, sin mantequilla ni leche de vaca, los comimos por la tarde y estaban geniales, los volvimos a comer a la mañana siguiente y perfectos, ahora por la tarde me estoy zampando otro y oye, como si no pasaran las horas… ¡ja ja y ja! me río yo de las masas con mantequilla. Os cuento cómo los hice:
Bollitos de pan de coco
Para 24 mini-panecillos (muy “minis”, son 4 bocaditos):
300 grs. de harina de fuerza
200 grs. de harina panadera
300 ml. de agua
25 grs. de levadura fresca
20 grs. de azúcar
10 grs. de sal
150 grs. de coco rallado
150 ml. de leche de coco
1 huevo batido
una pizca de mantequilla para engrasar el molde
Juntamos todos los ingredientes menos el huevo batido ni la mantequilla para engrasar. Los removemos dentro del bol hasta que queden incorporados. Luego yo, como no tengo amasadora, lo amasé durante 25 minutos en una superfície lisa y ligeramente enharinada. La masa queda muy pegajosa pero que no cunda el pánico, podemos hacer amasados y reposos a razón de amasar 5 minutos – reposo 10 minutos – amasar 5 minutos, etc. En 4-5 ciclos debería haber quedado la masa fina y no tan pegajosa como para no poderse trabajar
Engrasamos un molde donde pondremos las bolitas. Nos engrasamos las manos con unas gotas de aceite y hacemos bolas como del tamaño de una bola de helado o un poco menos y las vamos colocando en el molde, una al lado de la otra y con un poquito de separación para que crezcan
Dejamos levar las bolitas durante 1 hora.
Pintamos por encima suavemente con un poco de huevo batido.
Horneamos los bollitos a 190ºC durante 25 minutos o hasta que veamos que están doraditos
La receta base era los ingredientes excepto el coco, el huevo y la mantequilla, o sea, ingredientes básicos para pan o para muchísimas cosas más!! Vi cocas de San Juan, vi panecillos con aromas, vi panes rústicos… bueno, aquello era un no parar. Como reto me ha servido para darme cuenta que no sólo de pan vive el hombre.
Además el descubrimiento de que esta masa así tal cual, sin necesidad de grasas adicionales, queda muy tierna y se mantiene tierna al menos hasta el día siguiente ya me llena de alegría.
Para el próximo reto, allí estaré