Hay muchas clases de bollos aunque los ingredientes suelen repetirse. Los bollos que hoy hacemos también se llaman “doowaps” o “weikis”, en inglés. Se diferencian de los otros en que éstos tienen pepitas de chocolate por dentro y por fuera. Son dulces y muy apetitosos. Son esponjosos y en su corazón albergan leche, miel y un ligero toque de vainilla. Las pepitas de chocolate tienen tanto valor como las pepitas de oro que buscaban los aventureros americanos del Far West, aunque las de chocolate prácticamente están a flor de piel. No hay que escarbar mucho para encontrarlas. Estos bollos son ideales para desayunar o merendar, perfectos para hacer estos días que tenemos a los niños en casa.Todo un hallazgo.
RECETA
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INGREDIENTES (para 23 bollos de 50 g. cada uno)
100 g de agua
15 g de levadura fresca
1 cucharadita de miel
600 g de harina
150 g de leche
60 g de aceite de girasol
120 g de azúcar
1 huevo para la masa y otro para pincelarlos
1 cucharadita de vainilla
100 g de pepitas de chocolate
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PREPARACIÓN
En un bol echar los 100 g de agua templada y disolver la levadura. Añadir la cucharadita de miel y disolverla. Echar 100 g de harina y mezclar bien.Tapar el bol con film transparente y dejar reposar hasta que haga burbujas (30 minutos, aproximadamente).
Quitar el film transparente y añadir al bol la leche templada, el aceite de girasol, el azúcar, 1 huevo y la cucharadita de vainilla. Remover bien para mezclar los ingredientes.
Añadir la harina poco a poco mezclando con las puntas de los dedos. Cuando se haya puesto la mitad de la harina, aproximadamente, echar las pepitas de chocolate. En este momento la masa aún no estará muy espesa y permitirá que se mezclen fácilmente . Terminar de añadir la harina dejando un poco para acabar de amasar en la encimera. La masa estará lista cuando tenga un aspecto homogéneo, sin rugosidades.
Poner la masa en un bol espolvoreado de harina, hacer un corte en cruz sobre la misma. Tapar con film transparente y dejar que aumente su volumen. Dependiendo de la temperatura de la cocina puede tardar dos horas.
Poner la masa sobre la encimera ligeramente enharinada y amasar unos minutos.
Cortar porciones de 50 g, darles forma redonda y colocar sobre una bandeja de horno cubierta de papel sulfurizado. No colocarlos muy juntos porque la masa crece.
Tapar los bollos con film transparente y dejar reposar hasta que aumenten de volumen.
Quitar el film, pincelar con huevo batido mezclado con un poquito de leche y meter en el horno precalentado a 175º durante 23 minutos (hasta que estén dorados).
Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.