El bonito con tomate es una receta tremendamente agradecida, especialmente si se prepara bien.
Pese a que es posible cocinarlo en cualquier época del año, es en agosto y septiembre cuando coincide la temporada, tanto del bonito como del tomate. Tus veranos no volverán a ser los mismos cuando pruebes este delicioso bonito con tomate.
Existe cierta confusión con respecto al bonito y el atún, ya que muchos creen que una cosa y la otra son lo mismo, pero no es así.
Ambos pertenecen a la familia de los túnidos, siendo también pescados azules, pero tienen ciertas diferencias, y no simplemente a nivel anatómico, sino también a nivel nutricional y gustativo.
El atún claro, o de aleta amarilla, se refiere a la especie thunnus albacares, con una carne de color marrón claro.
Por su parte, la carne de bonito, procede del thunnus alalunga, que tiene una carne de color blanquecino. A menudo, la carne del bonito es más apreciada, especialmente su ventresca, muy sabrosa y con una infiltración de grasa superior.
Por cuestiones de disponibilidad o precio, podríamos sustituir el bonito por atún, siempre que sea fresco.
Con respecto a los tomates, los coprotagonistas de nuestro plato, tienen que estar muy maduros, e igualmente, tener cierta calidad.
Seleccionaremos la variedad pera, carnosos, de pulpa prieta y menos ácidos que otras variedades. Podremos sustituirlos por variedades similares, como los tomates pimiento o los San Marzano, que podremos encontrar enlatados y que son muy apreciados en la cocina italiana.
Cómo hacer bonito con tomate de la abuela
La receta de bonito con tomate al estilo de la abuela es sumamente sencilla, constando tan solo de un puñado de ingredientes muy accesibles.
Si seguís al pie de la letra las indicaciones, os prometo que conseguiréis un plato de quitar el sentido.
Las claves fundamentales son el respeto incuestionable a la materia prima, por lo que marcaremos el bonito aparte y tan solo lo pondremos en la salsa instantes antes de servir.
¡Vamos a ello!
Ingredientes:
Bonito en rodajas 600 g.
Tomates pera muy maduros 750 g.
Pimiento verde italiano 1 unidad
Cebollas 2 unidades
Dientes de ajo 1 unidad
AOVE
Sal
Elaboración:
Empezaremos escaldando los tomates. Pondremos una cazuela u olla con agua suficiente para cubrir sobradamente los tomates. La pondremos a hervir. Mientras que se caliente, haremos una pequeña incisión en forma de cruz en el culo de los tomates. Esto servirá para pelarlos más fácilmente una vez estén escaldados. Prepararemos también un bol con hielo.
Cuando el agua haya alcanzado el punto de ebullición, agregaremos los tomates, y contaremos no más de 30 segundos. Acto seguido, y con una araña o espumadera, los retiraremos al agua con hielo, deteniendo así la cocción. Los pelaremos uno a uno. A continuación, los cortaremos a la mitad y extraeremos las pepitas, quedándonos tan solo con la carne. La cortaremos en concasse (es decir, en forma de cubos con un tamaño aproximado de medio centímetro de lado cada cubo) y reservaremos.
En la sartén donde tengamos pensado cocinar el bonito, pondremos un chorrito de AOVE. Calentaremos la sartén a fuego vivo, casi hasta el punto de humo. Previamente sazonaremos las rodajas. Las marcaremos no más de 20 segundos por cada lado. Retiraremos la sartén del fuego para evitar que el aceite se queme, sacaremos las rodajas de bonito y las reservaremos.
Básicamente, tenemos que preparar una salsa de tomate muy básica. Cortaremos el pimiento y las cebollas mirepoix, es decir, en trozos de 1,5 cm - 2 cm de lado, lo suficientemente grandes como para que luego puedan verse en nuestro plato. Pelaremos el ajo y lo cortaremos en finas láminas. Pondremos la misma sartén que habíamos empleado para el bonito a fuego medio - bajo.
En caso de que sea necesario añadir un poquito más de aceite, lo haremos, ya que luego el tomate necesitará freírse bien. Añadiremos la cebolla y el pimiento, y pocharemos bien hasta queden muy blandos. Antes de añadir el tomate, rehogaremos el ajo. Incorporaremos el tomate y subiremos el fuego al máximo. Tras cinco minutos, volveremos a bajar el fuego al mínimo, y cocinaremos 30 minutos.
Trascurrido el tiempo, sacaremos la salsa y la pasaremos por un pasapurés. La devolveremos de nuevo a la sartén, y en caso de que haya quedado muy líquida, evaporaremos algo de agua. En este caso, no deseamos una consistencia muy espesa, pero tampoco lo contrario. Retiraremos la piel de las tajadas de bonito y las introduciremos en la salsa.
Bajaremos el fuego al mínimo y taparemos. Lo tendremos un par de minutos al fuego y lo retiraremos. Mantendremos el guiso tapado al menos cinco minutos, para que vaya terminándose de cocinar con el vapor residual. Como sugerencia de presentación, os propongo que simplemente lo adornéis con una ramita de perejil. También se puede acompañar de una guarnición de patatas panadera.
Como veréis, es un plato realmente sencillo, que se prepara en muy poco tiempo, y con él cosecharemos un éxito atronador si lo presentamos ante amigos o familiares invitados a comer. Plato atemporal, sustancioso y muy nutritivo. ¡Ah, se me olvidaba! Soporta muy bien el recalentamiento, por lo que podrás cocinar de más para cenar o comer al día siguiente.
¡A disfrutar!
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