El otro día ya os propusimos una receta para San Valentín y hoy vamos a continuar en esa línea con esta propuesta para el postre.
¡No me digáis que no es un postre para triunfar!. Lo tiene todo, chocolate, frutos rojos, se come con la mano, se comparte...
Pero ojo, que vale para cualquier ocasión, porque si traes invitados a casa y sacas esto al centro de la mesa, no me digáis que no sorprende a todo el mundo. Y encima, como siempre en este blog, es mucho más fácil de lo que parece.
La idea no es mía, se la ví el otro día a David Pallás en uno de sus programas de Canal Cocina. Digamos que hoy, más que una receta, os proponemos una forma sorprendente de preparar un postre de chocolate que, atención, no deja de ser una fondue de chocolate y frutas "revisited" para que nos llamen viejunos. Eso sí, la elaboración tiene un par de trucos y curiosidades.
Prestad atención, porque es mucho más sencillo de lo que te estás pensando.
Ingredientes:
Chocolate negro para repostería (he utilizado perlas Valor).
Chocolate blanco para repostería (idem).
Grosellas y Moras (evidentemente podéis utilizar la fruta que queráis).
Elaboración:
1.- En dos recipientes diferentes, colocamos el chocolate negro y el blanco. Los vamos a fundir en el microondas a golpes de 15 o 20 segundos (en mi caso 20, pero eso depende del microondas). Después de cada golpe, hay que remover el chocolate, aunque en los primeros aún no se haya comenzado a fundir. Por tanto:
Golpe de microondas de 15 segundos, removemos, volvemos al microondas.
Así hasta que esté fundido del todo y no tengamos grumos.
2.- Esperamos un poco hasta que alcancen la temperatura ideal de trabajo en torno a 30, 32 ºC, mientras, colocamos en un recipiente un montón de cubitos de hielo, pero muy fríos y secos, sin trocitos de hielo.
3.- Vertemos dos terceras partes del chocolate negro sobre los cubitos de hielo, la diferencia de temperatura hace que el chocolate solidifique instantáneamente, por ello no conviene verter demasiado, porque la capa en contacto con el hielo se solidificaría y si es muy gruesa, la parte exterior seguiría líquida (*).
Chocolate fundido sobre cubitos de hielo
4.- En pocos segundos el chocolate estará sólido, mientras podemos poner una base de chocolate blanco que será el pié del bosque. Rompemos los trozos pegados al hielo y veremos que tienen unas formas muy caprichosas. Ahora utilizaremos el chocolate fundido reservado como "pegamento" para ir uniendo los distrintos trozos de chocolate, que pegamos sobre la base de chocolate blanco hasta obtener una estructura "loca" y siempre diferente. Sobre el chocolate haremos lo mismo con los frutos rojos, un toque de chocolate fundido y a pegarlos sobre el chocolate sólido.
Consideraciones:
Es muy fácil, muy relajante, muy divertido y siempre obtienes resultados diferentes.
(*) Para la próxima vez, en lugar de un cuenco grande, utilizaré un escurridor y, sin prisas, dejaré que el hielo se funda y se quede la forma integra que haya adquirido el chocolate.