Este es un dulce que me encanta. Es una bomba de chocolate de esas que a veces nuestro cuerpo nos pide. La primera vez que lo probé lo hizo una chica americana para una fiesta de estudiantes Erasmus (¡qué tiempos aquellos!) y me encantó. En ese momento no le pedí la receta y más tarde, cuando lo quise repetir, no encontré ninguna que me conquistara como lo hizo aquel primer brownie hasta que me topé con la de Sallys baking adiction. Es el brownie perfecto, tan esponjoso y a la vez cremoso... si no preguntadle a mis amigos, que os lo confirmarán .
A partir de esta receta, lo he preparado un montón de veces con diferentes variaciones pero la que os traigo hoy es una de mis preferidas ya que la mezcla de pistachos y chocolate es mi perdición. Con ella podéis preparar los brownies clásicos o con pistachos añadiendo o no estos frutos secos a la masa.
¿Qué necesito?
120 gr de mantequilla con sal
225 gr de chocolate negro para postres
150 gr de azúcar blanco
50 gr de azúcar moreno
3 huevos
3 gotas de extracto de vainilla
80 gr de harina
2 cucharadas de cacao en polvo
150 gr de pepitas de chocolate negro
75 gr de pistachos
Helado de pistacho (o de vainilla si hacéis el brownie clásico)
¿Cómo lo hago?
Primero vamos a preparar los pistachos. Les quitamos la cáscara y también la piel (para hacer esta última tarea más fácil es mejor darles un hervor después de quitarles la cáscara y después frotarlos bien con un paño). Para terminar los picamos ligeramente.
En un cazo a fuego bajo derretimos la mantequilla (si os preguntáis el porqué de usar mantequilla con sal, es simplemente porque la sal potencia el sabor del chocolate. Si no tenéis podéis perfectamente usarla sin sal) junto con el chocolate removiendo constantemente. Una vez derretida, ponemos la mezcla en un bol y reservamos.
Mientras el chocolate se enfría, p
recalentamos el horno a 180º y preparamos el molde. Debemos usar uno cuadrado o rectangular (el nuestro es de 27x19 cm). Cubrimos el interior del molde con papel de aluminio dejando que sobre un poco de papel por todos los lados para que sea más fácil de desmoldar después. Volvemos con nuestra mezcla. Echamos en el bol con el chocolate los azúcares y revolvemos la mezcla. Después añadimos, uno a uno, los huevos mezclando bien después de cada uno hasta que estén perfectamente incorporados.
Añadimos las gotas de vainilla y poco a poco, mientras revolvemos, la harina tamizada con el cacao. Por último, echamos las pepitas de chocolate y, si habéis decidido hacerlo con pistachos, añadimos estos también. Mezclamos todo bien.
Vertemos la masa en el molde que habíamos preparado.
Horneamos durante 30-35 minutos.
Una vez la masa está lista, la retiramos del horno y la dejamos enfriar completamente para retirarla del molde y, con un cuchillo afilado, cortarla en cuadrados de más o menos de 6x6 cm.
Ya podemos servir nuestros brownies acompañados, como manda la tradición, de una buena bola de helado.