Estaba yo un día tranquilamente hojeando el facebook, cuando Alma Obregón colgó una foto de la masa de este bundt…. ainss pero que antojo me entró. Menos mal que al día siguiente subió la receta y pude correr a casa y prepararlo, porque me moría de ganas.
Es un bundt indescriptible, buenísimo, jugoso y ademas ENORME y digo ENORME, así en mayúsculas, porque llené el molde casi hasta el tope y subió 4 dedos por encima de este, todo un espectáculo. Además súper contenta porque subió de un modo muy equilibrado, nada de formar una montaña, subió por todas las partes por igual. Vamos que me quedó un bundt espectacular.
Tenéis que probarlo porque está riquísimo.
Alma dice que hay que triturar las Oreo, pero como no sabía “cuanto” había que triturarlas, yo las machaqué un rato con el mortero, como veis en la foto, los trozos se encontraban y resultaban deliciosos.
200 ml de aceite
300 gr de azúcar
4 huevos
400 gr de harina
1 cta de levadura en polvo
1 cta de bicarbonato
300 ml de leche entera
1 cta de zumo de limón
8 oreos trituradas
1 cucharadita de vainilla en pasta (la usé líquida, que es la que tengo)
Lo primero que haremos será mezclar la leche con el zumo de limón y lo dejamos reposar un rato.
Mezclamos bien el aceite, el azúcar y los huevos, luego añadimos la vainilla.
Tamizamos la harina con la levadura y el bicarbonato y la vamos agregando poco a poco a la mezcla anterior, alternando un poco de harina y un poco de leche con limón, hasta que acabemos ambas mezclas.
Añadimos las oreos trituradas y mezclamos con cuidado para que se integren por toda la masa.
Rociamos un molde con spray desmoldante (o lo untamos con mantequilla) y vertimos la mezcla dentro. Le damos unos golpecitos para que se asiente.
Llevamos al horno precalentado 180º durante 55-60 min (que es orientativo, porque luego cada horno es un mundo, el mío por ejemplo lo tengo que poner algo mas bajo y un poco mas de tiempo porque si no se me chambusca el bundt.
Esperamos 10-15 min para desmoldar y listo.
Alma le puso una cobertura estupenda, pero yo ya me sentía súper culpable por comérmelo como para añadirle mas calorías, para darle un toque le puse la clásica mezcla de agua y azúcar glass, pero en muy poca cantidad.
Fuente: este post proviene de Un Segundo mas Tarde, donde puedes consultar el contenido original.
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