Esponjosos, ligeros y sabrosos.
Ingredientes:
180 g de bacalao desalado y desmigado
180 ml de agua
110 g de harina integral de trigo
1 cucharadita de postre rasa de levadura química
1 cucharadita de las de café rasa de cúrcuma
1 huevo
1 cebolla tierna
2 dientes de ajo
Perejil
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Elaboración:
Poner en el vaso de la batidora, o del robot, el bacalao, el agua, la harina, la levadura, la cúrcuma, el huevo, la cebolla y los ajos troceados y pelados, el perejil (abundante) y una pizca de sal.
Triturarlo todo bien, sin prisas, hasta conseguir una pasta fina, con una consistencia como si fuéramos a hacer crepes. Reservar, mientras se calienta el aceite.
Poner a calentar abundante aceite en una cazuela honda, o mejor todavía en una freidora y, cuando esté caliente, verter la pasta cucharada a cucharada, formando montoncitos. Los buñuelos irán subiendo a la superficie. No hay que hacer muchos a la vez, de seis en seis por ejemplo, para que no se peguen entre ellos. Dejar que tomen un bonito color dorado para que queden bien hechos, sacarlos con la espumadera y dejarlos escurrir sobre papel de cocina para que pierdan el exceso de aceite.
Así es como yo los hago y salen buenísimos! La cantidad de bacalao (180 g) es la que suele venir en los paquetes de bacalao desalado y desmigado que podemos encontrar en los comercios. Salen unos 20 buñuelos si los vertemos con una cuchara normal. Si los queréis más pequeños, podéis utilizar una cucharita de las de postre, os saldrán un montón! La cúrcuma se la pongo para darles color. La harina integral porque es la que utilizo normalmente. Sed generosos con el perejil y cuidado con la sal, es bacalao!, aunque sí que pide un toque. Aunque no seamos de fritos, en casos como este es bueno disponer de una freidora porque mantiene y nos permite controlar la temperatura del aceite durante todo el proceso. Y si los buñuelos se pegan en la base de la rejilla, cuando la saquemos bastará con pasar un cuchillo por fuera para que se suelten.