Estamos en época de buñuelos y no podía faltar mi aportación para que no dejéis de hacerlos tanto para Fallas como para Semana Santa, ya que es típico elaborar este dulce tan tradicional en estas épocas. Como me encanta además la calabaza, ya lo sabréis por las distintas recetas que os he enseñado ya, se me ocurrió hacer estos maravillosos buñuelos. Os los recomiendo ya que son sencillísimos de hacer y les encantan tanto a los mayores como a los niños y a los míos en particular porque si me descuido no dejan ni uno.
Recordé que hace tiempo mi querida amiga bloguera Bea, del blog Bea recetas y más, había hecho una vez unos vistosos buñuelos pero no recordaba de qué eran, así que me fui corriendo a su blog y…..chan ta ta channn, eran justamente buñuelos de calabaza, así que en el minuto siguiente ya estaba en la cocina trajinando con su riquísima receta.
Como os comentaba, son muy fáciles de hacer, no tienes más que mezclar los ingredientes y freír los buñuelos y en pocos minutos tienes listo este dulce tan tradicional que puedes degustar en cualquier momento del día. Tanto es así que se me ocurrió dejarlos en una bandeja encima de la mesa de la cocina y cada vez que entraba en la cocina me parecía que el montoncito de buñuelos iba bajando de forma considerable. Cuando llegó la hora de la comida y Fabrizio y Javier a penas probaron el plato de comida, deduje inmediatamente que habían sido ellos los que a lo largo de la mañana fueron haciendo alguna que otra visita a la cocina :-). Y de verdad que no me extrañó que así fuera, ya que los buñuelos son un bocadito de lo más agradable y delicioso. Además a mi como a ellos, me ocurre que no puedes comerte solo uno.
INGREDIENTES:
250 gr. de puré de calabaza (más abajo te explico cómo hacerlo)
160 gr. de harina
50 gr. de azúcar moreno
una pizca de sal
1 huevo
16 gr. de levadura química tipo Royal
Aceite de girasol o aceite de oliva de sabor suave para freírlos
Azúcar y canela para rebozarlos
ELABORACIÓN:
Comenzamos preparando el puré de calabaza y para ello precalentamos el horno a 180º C. y colocaremos la calabaza lavada y sin las pepitas en una fuente de horno boca abajo (con la piel hacia arriba). Cubrimos la fuente con papel de aluminio y dejamos que se cocine durante una hora aproximadamente, dependerá del tamaño y la dureza de nuestra calabaza. Para saber si ya está hecha pínchala con un cuchillo para comprobar si está tierna. La sacamos del horno y la dejamos templar en la misma fuente. Retiramos la piel y trituramos con ayuda de una batidora. Colocamos sobre un colador un paño de algodón limpio y echamos el puré. Lo tapamos con el mismo paño y lo dejamos durante un par de horas hasta que haya perdido todo el agua. La puedes hacer incluso el día anterior y meterla en la nevera hasta que la vayas a utilizar. Yo tengo habitualmente algún bote en el congelador con puré de calabaza ya que cuando hago, suelo hacer más cantidad para después disponer de ello cuando se me antoje algún postre con calabaza.
Tamizamos juntos la harina, la levadura y la sal y lo mezclamos con el puré de calabaza.
Batimos un poco el huevo y se lo añadimos a la mezcla anterior. Mezclamos bien hasta obtener una mezcla lisa, sin grumos y ligeramente espesa.
Calentamos el aceite en una sartén y cuando esté bien caliente comenzamos a echar los buñuelos con ayuda de una cucharita. Cuando se doren por un lado les vamos dando la vuelta y los vamos dejando a escurrir sobre una fuente cubierta con papel absorbente para que absorba el exceso de aceite.
Aún calientes, los rebozamos por una mezcla de azúcar blanco y canela.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Puedes rebozarlos también con chocolate fundido, azúcar glass o solo azúcar blanco.
Para conservarlos correctamente, mételos en un recipiente hermético, aunque como mejor están es recién hechos.