Mi abuelo, que era de León, a esto lo llamaba almuerzo.
Pues bien, vamos a dar por inaugurada una nueva y pequeña serie dedicada al mundo del "brunch" (pronúnciese "branch" con la "a" cerrada y cara de haberlo dicho "de toda la vida" aunque seas de Vicálvaro) dominical con comidas fáciles, rápidas, pintonas, especiadas y saciantes para acompañar con cualquier cosa bebestible, desde café a vino pasando por cerveza (inglesa, por supuesto).
Como esta sección dominical se va a dedicar a este mundo del "brunch" tan urbano como tonto, vamos a dar salida a esta nueva personalidad "cuqui" que me invade y que me ha hecho comprar cachivaches (creo que alguien los llama "tips" porque cachivache le debe sonar a palabra que emplearía un abuelo de León) con los que decorar mis fotos y así, de paso, ganar visibilidad, porque ya se sabe que no hay nada que venda más que unas tablas de madera viejuna (yo de momento utilizo la mesa, pero en cuanto me haga con un palet del almacen con 10 años y tornillos oxidados en el que poner la comida, ¡voy a arrasar!), una cuchara roñosa (de esas todavía no tengo) y una tacita que parezca vieja pero no lo sea (esa la he comprado hoy)....
Creo que empiezo a divagar, es que me siento un poco Jekyll y Hide con esto de las fotos y el cuquismo.
Ah, por cierto, esta es otra receta made in Gordon Ramsey, que es escocés y como los domingos se levanta tarde almuerza, digo... ¡hace un brunch!.
Al lío.
Ingredientes (a ojo, lo siento, es un brunch de domingo, ayer estuvimos de farra, no estoy para pesar cosas):
Harina.. (como 30 gr.).
Levadura (como 1/2 sobre).
Leche entera (como 4 cucharadas o un chorro a ojo).
Un huevo L (eso lo he mirado en la caja).
Una lata de maíz en conserva (140 gr. peso escurrido, acabo de mirarlo en otra lata igual).
Un manojo de cilantro fresco (ni idea de lo que pesaba).
Un chile rojo grande (como los de las fotos).
Tres mini-puerros tan pequeños como los de las fotos (valdría cebolleta).
AOVE, sal y pimienta.
Para la salsa de yogur:
Un yogur griego (desgraciadamente sigo sin encontrar yogures turcos).
Un manojo de hierbabuena o menta (al gusto, no me pidas peso).
Un chile rojo (este con pepitas, ¡que pique).
Zumo de media lima.
Ralladura de lima.
Elaboración:
1.- Tamizamos la harina, incorporamos la levadura y mezclamos bien.
2.- Añadimos el huevo y mezclamos. Luego la mitad de la leche y mezclamos muy bien con las varillas. Ahora el resto de la leche y seguimos agitando fuerte para eliminar todo rastro de grumos.
3.- Picamos muy fino el cilantro, el puerro y el chile (sin pepitas, no queremos que pique mucho). Incorporamos a la masa junto con el maíz bien escurrido. La proporción entre masa y "relleno" debe ser baja, no queremos comer harina.
4.- Mezclamos todo y posteriormente, sobre una sartén muy caliente a la que añadimos un poco de AOVE vamos dejando una cucharada colmada del engrudo. Transcurridos un par de minutos (como mucho) se habrá dorado, momento de dar la vuelta con un grácil juego de muñeca y una espumadera. Cuando alcance el mismo color por cada lado, retiramos.
De la salsa:
1.- Pues nada, picamos muy fino el chile y la hierbabuena y lo mezclamos con el yogur.
2.- A la hora de servir, rallamos la lima sobre los buñuelos, el yogur y todo lo que se nos ponga a mano, comensales incluídos y estrujamos media lima sobre el yogur para mezclarlo todo.
3.- Podemos servirlo acompañados de brotes de rabanitos, los rabanitos quedan bien en cualquier sitio #ponunrabanoentuvida
Consideraciones:
A mí, este tipo de comidas relajadas, sin prisas, sin horas, sin reglas me producen un verdadero disfrute que intuyo, si lo hago en casa con amigos, familiares o gente querida, debe ser algo bastante parecido a eso que los daneses llaman Hygge y nadie puede traducir. Ellos dicen que para crear ambiente Hygge se necesitan elementos naturales, piedra, madera, poca luz, amigos, mucho alcohol...
Yo digo que se necesitan amigos, terrazas al aire libre, hambre, sed y un vaso cuqui que diga Hygge.
¿Y qué música le ponemos a un brunch?, pues la de estos tipos me parece perfecta