!!Buenos días¡¡ feliz de volver de nuevo por aquí. Y es que han sido mas de dos meses sin publicar y sin contacto ninguno con mis blog amigos, solo de vez en cuando alguna ojeada pero sin tiempo siquiera de comentar.
Ya mas tranquila con la costura y las fiestas ( que todo es necesario) me iré poniendo poco a poco al día tanto en visitas como en publicaciones.
Y vengo con una receta que mi padre me enseño y que todavía el prepara cuando nos reunimos toda la familia. Da igual que sea melva o caballa, lo que mas nos guste, la melva siempre queda mas tersa, en cambio la caballa es mas blanda y yo la encuentro mas jugosa. No soy una entendida en pescados así que ustedes decidan y elijan a su gusto. Se puede preparar con antelación y se conserva hasta dos semanas o mas metida en una fiambrera u otro envase tapado en el frigorífico. Esta buenísima en rebanadas de pan con pimientos asados o del piquillo, o en una buena ensalada o priñaca que solemos preparar mucho por aquí abajo. Es tan fácil y queda tan rica que cuando la probéis vais a repetir seguro. Espero que os guste.
Ingredientes:
2 kilos de caballa o melva.
1 cebolla grande.
2 hojas de laurel.
El zumo de 2 limones.
2 vasos de aceite de oliva virgen extra.
Sal.
Esta medida de aceite y limón no es exacta podéis probar con mas limón o menos según el gusto.
Yo suelo ir echando el limón poco a poco y voy probando, mucho limón anularía el sabor del pescado.
Una buena melva
Elaboración:
Limpiamos la caballa o melva quitando tripas y cabeza y enjuagamos bien. Si son grandes podemos cortarla por la mitad o las dejamos enteras si son mas pequeñas.
Las ponemos a cocer de diez a quince minutos en una cazuela cubiertas con agua y sal, la cebolla cortada a trozos y el laurel.
Sacamos el pescado y dejamos enfriar un poco, seguidamente limpiamos bien de piel y espinas y ponemos los lomos en una fuente.
Preparamos la mezcla de aceite y limón con un poco de sal, removemos bien y cubrimos con esta mezcla el pescado. Dejamos en el frigorífico de un día para otro y ya nos lo podemos comer en un buen montadito con pimientos o en una buena ensalada. Se conserva perfectamente hasta dos semanas en el frigorífico. Buen provecho.