He de confesaros que en el tema de hacer listas de este tipo soy toda una experta, cada lunes estreno una… pero raramente sobrevive al miércoles, soy un poco “desastre” en ese aspecto, de hecho creo que una de las cosas que me impulsó a escribir este blog fue el reto de intentar “disciplinarme”. Me he propuesto publicar dos recetillas al mes… a ver si lo consigo ;)
La que os traigo hoy es muy sencilla, de pocos ingredientes, se prepara en un momento y es ligera pero sabrosona, justo lo que se necesita después de una temporada de comidas pantagruélicas, cenas que son casi mariscadas, sobremesas interminables y desfile de “larpeiradas” por todas partes… vamos, lo que se dice toda una… Feliz Navidad!
Para preparar este guiso necesitaréis:
– Más o menos kilo y medio de calamares limpios ( para unas 6 personas)
– Dos cebollas medianas.
– Un par de cucharaditas de pimentón dulce o picante, o ambos (depende del gusto de cada uno)
– Un vasito de vino blanco.
– Una bolsa de guisantes.
– Aceite de oliva virgen y sal.
Comenzaremos limpiando muy bien los calamares (si tenéis una pescadera tan “enrollada” como la mía os ahorrará bastante trabajo) :) y los cortamos en trocitos. Sazonamos.
A continuación picamos finamente la cebolla, ponemos la cazuela al fuego con un fondo de aceite y la pochamos hasta que empieza a dorarse.
Añadimos los calamares y el pimentón, rehogándolo todo muy bien.
Cuando los calamares empiecen a “curvarse” ligeramente, añadimos el vaso de vino y dejamos cocer a fuego medio. En el momento que notemos que ya empiezan a estar blanditos incorporamos los guisantes y terminamos de cocinarlo todo tapado y a fuego lento.
Como guarnición podéis acompañar este guiso de arroz blanco o, como en este caso, de patatas cocidas, eso os lo dejo a vuestra elección. Bon appétit!
Je suis Charlie …