Este es un plato de los que debe hacerse sin prisa y que ganan mucho de un día para otro. Por eso siempre suelo recurrir a él cuando sé que al día siguiente no voy a tener mucho tiempo para hacer la comida. Me encantan este tipo de guisos cocinados a fuego lento. La receta es de mi madre y este guiso el que nos ha hecho siempre en casa. Recuerdo que lo que más nos gustaba era "limpiar" la salsa del plato con un buen trozo de pan, costumbre que aún no hemos perdido...
Ingredientes:
700 gr de carne de ternera troceada (falda, costilla, etc)
400 gr de guisantes congelados
1 pastilla de caldo de carne
aceite de oliva virgen extra
tomate frito
4 patatas
2 zanahorias
perejil
pimienta negra molida
orégano
tomillo
1 cebolla
1 ajo
Preparación:
Salpimentamos la carne y cubrimos el fondo de la cazuela donde la vamos a cocinar con aceite de oliva. Cuando el aceite esté caliente agregamos el ajo y así que se empiece a dorar añadimos la carne y la rehogamos unos minutos removiéndola para que se haga bien por todos los lados. Una vez dorada la sacamos de la cazuela y reservamos.
En el mismo aceite ponemos la cebolla, zanahorias y perejil picados y dejamos que se rehoguen un poco. A continuación le añadimos 3 o 4 cucharadas de tomate frito (si no tenemos podemos añadirle pimentón). Agregamos la carne junto con un poco de orégano y tomillo. Removemos todo bien.
Cubrimos la carne con agua y la cocemos a fuego medio-bajo durante 1 hora y 30 minutos o hasta que comprobemos que la carne está tierna. Miraremos de vez en cuando por si fuese necesario añadirle más agua. A media cocción le espolvoreamos por encima la pastilla de caldo concentrado.
Cuando la carne esté tierna le agregamos las patatas peladas y troceadas y cuando empiecen a hervir le añadimos los guisantes, dejando cocer todo el guiso unos 20 minutos más.
Es muy importante que este plato repose al menos 1 hora antes de degustarlo y como he dicho antes, si lo hacemos de un día para otro ganará muchísimo en sabor.