Nuestra dieta mediterránea está repleta de recetas elaboradas con tomates: el gazpacho, la porra antequerana, el zoque, el pan “tumaca” catalán, el pisto, la moraga, los sofritos para los arroces o para cualquiera de las sopas malagueñas, inclusive la cocina italiana donde es un ingrediente casi vital, una lista casi interminable de platos donde los tomates es la base, el ingrediente “rey”.
Esa fuente de sabor, de color, inclusive de olor (adoro como huele la tomatera, inclusive un tomate recién recogido de la planta), cuya época natural de recolección es durante el verano.
Hoy en día podemos encontrar y comprar tomates durante todo el año, aunque el poder conseguirlos en cualquier época, va en detrimento del auténtico y genuino sabor; aunque no tan difícilmente se pueden encontrar en nuestros mercados, en establecimientos especializados la posibilidad de acceder a productos recién salidos del campo, como ocurre en Málaga, donde aún tenemos unas huertas y valles que nos suministran de productos locales, donde la patata sabe a patata (no a batata), los pimientos son de verdad y el tomate aún huele a la tomatera donde ha madurado (no en cámaras frigoríficas).
Y aunque los productos que se consigan no sean todo lo “ecológicos” que debieran, sí que les animo a preparar éste guiso, con la base del refrito tan nuestro, que seguramente por la combinación de productos os recordará las cocinas antiguas, la de nuestros ancestros, la cocina de nuestros mayores, donde primaba el cariño, la paciencia y los productos de la tierra.
Para hacerlo:
Ingredientes:
Pollo troceado, un tomate grande maduro, un pimiento verde, media cebolla, dos o tres dientes de ajo, guisantes, champiñones, aceite de oliva, una cucharada pequeña de pimentón, vino blanco (uso un fino Montilla-Moriles), un vaso de caldo de pollo (puchero), sal.
¿Cómo prepararlo?
En una cazuela, o bien en cacerola plana o sartén, echar un generoso chorreón de aceite de oliva virgen extra (en ésta ocasión estoy usando de Riogordo, malagueño) y freir el pollo cortado en trozos (sin piel), salándolo al gusto, dándoles la vuelta de vez en cuando.
Mientras cortar en trozos pequeños un tomate grande maduro (sin piel), un pimiento verde, media cebolla blanca y machacar en un mortero los dientes de ajo.
Desgranar los chicharos (guisantes), (si no encuentran por estar fuera de temporada, pueden ser congelados) y lavar los champiñones.
Una vez que esté dorado el pollo agregar el tomate, el pimiento, la cebolla y los ajos y sofreír, removiendo continuamente junto con el pollo durante diez minutos aproximadamente.
Añadir los champiñones y rehogarlos junto con el pollo y el refrito unos minutos.
Echar la cucharadita de pimentón y remover.
Agregar un vaso de vino blanco y llevar a ebullición, esperar dos minutos que evapore el alcohol y echar el caldo de pollo, probar de sal; cuando empiece a hervir, dejar cocer unos quince minutos dejando reducir a fuego lento.
Servir en cazuela y acompañar con patatas fritas…….
¡¡ Buen provecho !!