El boquerón malagueño, el que llamamos boquerón vitoriano, es autóctono de nuestro litoral, mucho más plateado, de carne más blanca que los boquerones del Atlántico, de menor talla, con más brillo y sin tonos rojizos en ojos y agallas, más pequeños, finos y de un sabor mucho más exquisito.
Su nombre le viene por el pueblo Rincón de la Victoria, antiguo puerto pesquero y hoy enclave turístico y residencial, muy cerquita de la capital.
Actualmente a nuestros mercados los boquerones llegan desde distintos puntos del Mediterráneo, desde Marruecos e Italia en todos los casos son de mayor tamaño y cuerpo más oscuro.
Se pueden distinguir perfectamente los boqueroncitos vitorianos malagueños de los que nos llegan de otras latitudes.
En ésta ocasión he preparado uno de los platos más significativos de mi cocina materna, que debido a ésta época en la que podemos disfrutar de habas y chicharos (guisantes) de temporada y de la huerta malagueña, se combina la base de las clásicas sopas malagueñas con productos de la tierra y del mar.
En recuerdo de mi padre, al que yo adoraba, ya que era su plato preferido.
¿Cómo hacerlo?
En una sartén con aceite de oliva virgen freir cortado en trocitos pequeños un tomate (sin piel), un pimiento, media cebolla y dos o tres dientes de ajo.
Apartar del fuego y echar una cucharada pequeña de pimentón (pimiento molido).
Poner una cacerola con agua a hervir, echar la fritura, habas frescas (las pipas enteras y la piel picada en trocitos), patata cortada en rodajas, azafrán (en su defecto colorante alimentario) y salar al gusto. Dejar cocer unos quince minutos.
Agregar los fideos (uso el nº 4 de la marca El Gallo), un puñadito por comensal, los chicharos y una ramita de hierbabuena.
Una vez que estén cocidos los fideos, echar los boquerones (limpios: sin cabeza, ni tripas), apartar enseguida del fuego y dejar que se hagan con el mismo calor de la sopa.
Al emplatar, poner una ramita de hierbabuena !!Buen provecho !!