En la receta original,se sirve con salsa de moras, pero como no soy muy de salsas, prefiero degustarla sola.
Así que nos ponemos delantales y ¡a cocinar!
Ingredientes
Para la base
150g de galletas maría.
60g de mantequilla
Para el relleno
800 g de queso cremoso
160 g de azúcar blanco
2 cucharadas de harina
4 huevos M
65 ml de nata (crema de leche) de montar
1 cucharadita de esencia de vainilla
Preparación
Base de galletas:
Engrasamos la base y paredes del molde y forramos con papel de hornear.
En un robot de cocina con el accesorio de cuchillas, trituramos las galletas hasta obtener migas finas. Otra opción es introducir las galletas en una bolsa de plástico de cierre hermético y machacarlas con un rodillo de cocina.
Ponemos las galletas trituradas en un cuenco, vertemos sobre ellas la mantequilla derretida y mezclamos a mano. Disponemos esta pasta sobre el molde preparado, presionando con los dedos sobre la base. Después introducimos en el frigorífico para que se enfríe y adquiera firmeza mientras preparamos el relleno.
Relleno:
Precalientamos el horno a 180°
Batimos el queso con el azúcar y la harina hasta que la mezcla sea homogénea. Incorporamos los huevos, uno a uno. Finalmente, añadimos la nata (crema de leche) y la vainilla, y mezclamos de nuevo hasta que estén bien integrados.
Sacamos la base de la nevera y vertemos sobre ella el relleno.
Horneamos la tarta durante 15 minutos a 180° y después bajamos la temperatura a 120° y seguimos horneando, al menos, 60 -70minutos, o hasta que toda la superficie haya cuajado y sólo quede el centro un poco húmedo.
Dejamos que la tarta enfríe a temperatura ambiente y después metemos en el frigorífico, mejor de un día para otro.
Desmoldar y degustar, sola o acompañada de la salsa o mermelada que más os guste.
Espero que os guste.