Yo no he visto un cocotero en mi vida. Me refiero a verlo al natural. Otra cosa es verlo en el cine o en televisión. Mi primera visión ?digámoslo así- de un coco fue en un puesto de una feria de pueblo. Aquella media luna de llamativo color blanco hacía compañía a unas chufas en remojo y a un puñado de altramuces. Eran las "chuches" de nuestra infancia. El paso siguiente fue descubrir el coco como ingrediente en recetas de cocina. Mi madre solía tener coco rallado para hacer cocadas, un postre delicioso. A veces la ayudábamos a la hora de hacer las cocadas porque así podíamos meter mano en el bote del coco rallado con su pleno consentimiento, aunque a nada que se descuidase corría el riesgo de quedarse sin buena parte del ingrediente principal. Y es que para nosotras el coco tenía un no sé qué de exótico, de fruto poco visto que nos llevaba a pensar en países remotos, lejanos, y estimulaba nuestra imaginación. Hoy hemos echado la vista atrás y hemos vuelto a hacer aquellas cocadas, esos pastelillos de coco de ayer, de hoy y de siempre.
RECETA
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INGREDIENTES (para 16 cocadas de 15 g cada una)
100 g de coco rallado.
100 g de azúcar.
1 huevo.
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PREPARACIÓN
Mezclar el coco rallado con el azúcar.
Añadir el huevo batido y seguir mezclando.
Hacer bolas de 15 g cada una.
Meter en el horno previamente precalentado a 180° durante 13 minutos (hasta que estén doradas).