Me refiero a los términos nutricionales y las propiedades de los alimentos que resultan claves para identificar lo que compone un alimento y cómo nos alimentamos, más allá de saber el nombre del alimento y conocerlo, simplemente por verlo en nuestra tienda habitual.
Por ello, hoy complementamos nuestro post anterior con este sobre los conceptos clave que debes conocer sobre la dieta mediterránea:
Ácidos grasos monoinsaturados: denominadas también grasas saludables, necesarias para aportar energía al organismo. Están presentes por ejemplo en la carne y en el aceite de oliva.
Ácidos grasos poliinsaturados: grasas presentes mayormente en el pescado, son también grasas saludables.
Proteínas: desempeñan un papel fundamental para la vida y son imprescindibles para el crecimiento del organismo. La función más importante de una proteína es la estructural (Ejemplo: colágeno), pero también tienen otras funciones como
inmunológica, producción de costras, protectora o defensiva.
Vitamina E: sustancias orgánicas que existen en los alimentos y que, en cantidades pequeñísimas, son necesarias para el perfecto equilibrio de las diferentes funciones vitales. La vitamina E actúa como antioxidante a nivel de la síntesis pigmento hemo (glóbulos rojos).
Betacaroteno: el organismo lo convierte en vitamina A. Esta presente en muchos alimentos vegetales y es bueno para la piel y los ojos. Actúa como antioxidantes, lo que ayuda al sistema inmunológico a protegerse de diversas enfermedades y estimula la producción de glóbulos blancos en la sangre.
Vitamina K: Presente en el hígado, los vegetales de hoja verde y, en menor media, en los cereales, frutas, carnes, lácteos y huevos. Favorece la correcta coagulación de la sangre.
Magnesio: es fundamental para la fijación de calcio y fósforo en los huesos y dientes. Su consumo recomendado previene la osteoporosis y las caries. Presente en diferentes alimentos como cereales, legumbre y frutos secos.
Sodio: es un macromineral que forma parte de la sal de mesa. En la cantidad adecuada, nuestros músculos y nervios lo necesitan para funcionar adecuadamente.
Fósforo: macromineral muy relacionado con el calcio. La biodisponibilidad del fósforo mejora en presencia de vitamina D, Vitamina C y proteínas, entre otros. El fósforo se encuentra en dientes y huesos, y constituye aproximadamente el 1% del peso total de una persona. Presente en diferentes alimentos como la carne.
Potasio: Presente en hortalizas y frutas, el potasio es el tercer mineral más abundante en nuestro cuerpo. Está implicado en la reacción de los nervios, en el movimiento muscular y en su mantenimiento saludable.
Selenio: se encuentra en el pan, cereales, pescado, carnes, lentejas, cáscara de las patatas y huevos. Es antioxidante, ayuda a neutralizar los radicales libres, estimula el sistema inmunológico e interviene en el funcionamiento de la glándula tiroides.
Agua: elemento muy importante de la dieta mediterránea como bebida para hidratarse. Está presente en muchos alimentos.
Calcio: presente principalmente en los lácteos y beneficioso para los huesos. Está indicado para niños en edad de crecimiento y personas mayores.
Hierro: presente en alimentos como los huevos y los cereales, el hierro es un componente fundamental ya que sin él, la sangre no transporta el oxígeno por los órganos de manera adecuada, haciendo que nos sintamos más fatigados de lo normal sin haber hecho un esfuerzo excesivo.
Vitaminas B: Las vitaminas B sirven fundamentalmente para producir energía a partir de los alimentos, mantener el sistema nervioso en buenas condiciones al igual que el sistema cardiovascular, fortalece el sistema inmunitario, para la salud mental, participa del crecimiento celular y es necesaria para la producción de hormonas, enzimas y proteínas por parte del organismo.
Equilibrio de la flora intestinal: mantenimiento adecuado del conjunto de bacterias presentes en el intestino para la producción y eliminación de los residuos del cuerpo.
Minerales: fundamentales para el cuerpo se dividen en macrominerales y oligoelementos. La mejor manera de obtener los minerales que el organismo necesita es mediante el consumo de una amplia variedad de alimentos.
Carnes blancas: se consideran más saludables que las rojas, se recomienda su consumo semanal. Son carnes blancas las de pollo, pavo, conejo y cochinillo y cordero lechal.
Carnes rojas: se consideran menos saludables que las blancas, se recomienda su consumo semanal y proceden de animales como el cerdo y el cordero.
Alimentos procesados: alimentos tratados previamente antes de su consumo, menos recomendados en la dieta mediterránea. Se consideran alimentos procesados los embutidos. Alimentos no procesados serían por ejemplo el cordero lechal o el cochinillo o las verduras.
Con referencia a estos conceptos el cochinillo y cordero lechal son carnes blancas, naturales, es decir, sin procesar, y contienen ácidos grasos monoinsaturados, poliinsaturados, magnesio, sodio, fósforo, potasio, selenio, agua, calcio, hierro, vitaminas B y proteínas.