La dieta mediterránea se originó en la región que rodea a Italia, España, Grecia y Chipre. Se basa en los hábitos alimentarios y culinarios tradicionales de estos países.
La principal premisa de la dieta mediterránea es consumir una dieta rica en frutas y verduras, con todos los nutrientes esenciales, proteínas magras, cereales integrales y grasas sanas como el aceite de oliva virgen extra, así como vino tinto con moderación.
Los beneficios de la dieta mediterránea para la salud
Las investigaciones han demostrado en repetidas ocasiones que la dieta mediterránea tiene muchos beneficios para la salud.Entre ellos, se ha relacionado con la prevención de las enfermedades del corazón, la disminución de la hipertensión arterial, la reducción de los niveles de colesterol e incluso la disminución del riesgo de determinados tipos de cáncer.
La dieta también puede ayudar a reducir el riesgo de diabetes tipo 2 y a proteger contra el Alzheimer.
Además, dado que la dieta es baja en alimentos procesados y azúcares añadidos y rica en alimentos integrales, también se ha relacionado con la pérdida de peso.
La dieta también te mantiene saciado durante más tiempo porque está llena de alimentos ricos en fibra.
Otros componentes del estilo de vida mediterráneo
La dieta mediterránea es sólo una parte del estilo de vida mediterráneo. El ejercicio es también una parte importante del estilo de vida.La actividad física es un aspecto esencial de la vida en los países mediterráneos, donde la gente camina, nada y realiza otras actividades al aire libre para mantenerse en forma y saludable.
El sentido de comunidad es otro aspecto importante del estilo de vida mediterráneo.
Pasar tiempo con los amigos y la familia y hacer comidas relajadas con regularidad es una parte integral del modo de vida mediterráneo.
Adoptar el estilo de vida mediterráneo
Adoptar el estilo de vida mediterráneo es fácil, delicioso y nutritivo. Empieza por consumir sobre todo frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables.Llénales la casa de verduras de hoja verde o de una variedad fresca de hortalizas para que las comidas sean satisfactorias y llenen. Cambia la carne roja por pescado, como sardinas y salmón. Y opta por el aceite de oliva en lugar de la mantequilla al cocinar.
Cambia las meriendas poco sanas, como las patatas fritas, por un puñado de frutos secos. Tómate una copa de vino con la cena de vez en cuando, pero con moderación. Muévete todo lo que puedas. Encuentra actividades al aire libre que te gusten.
Por último, dedica tiempo a tus amigos y familiares. Organiza cenas, comidas u otras reuniones periódicas en las que disfrutéis juntos de la comida, practicando la tradición de comer despacio.
La dieta mediterránea es algo más que una forma de comer, es un estilo de vida. Incorpórale alimentos ricos en nutrientes, grasas saludables, proteínas magras y mucha actividad física y vida en comunidad es la clave para vivir a la mediterránea.
Disfruta de los alimentos deliciosos y nutritivos, mientras aprovechas cada momento.