Cocinar al wok no sólo es rápido, también es especialmente sano debido a que utiliza muy poca grasa y permite realizar cocciones muy breves ayudando a conservar intactos los nutrientes de los alimentos. Es el mejor utensilio para realizar salteados y en la cocina asiática resulta imprescindible. Pero ¿sabes cómo utilizar correctamente el wok?
El wok se caracteriza por su forma redondeada con bordes altos y un gran mango, lo que permite no sólo preparar salteados, también podemos guisar, freír e incluso cocinar al vapor. La técnica básica consiste en agarrarlo con una mano por el mango y moverlo enérgicamente removiendo los alimentos; con la otra mano vamos añadiendo especias, salsas o mezclamos los ingredientes con una espátula.
CONSEJOS A TENER EN CUENTA CUANDO COCINAMOS UN WOK
Ten todos los ingredientes a mano: Debido a que la cocina al wok es muy rápida debemos tener preparados y cortados todos los ingredientes antes de encender el fuego (carnes, verduras, salsas…). Lo ideal es cortar todo en tiras o dados gruesos de tamaño similar, para evitar que unos queden crudos y otros muy hechos.
Fuego fuerte: El salteado es una cocción rápida que requiere fuego vivo, ya que si salteamos con poco fuego los alimentos se desprenden de su jugo y quedan blandos y secos. Y el objetivo de cocinar al wok es que queden crujientes y jugosos.
Cocina con poco aceite: Añade muy poco aceite y con el wok bien caliente. Además, deja que el aceite coja temperatura antes de añadir los alimentos, de esta forma se cocinarán rápido y quedarán dorados por fuera y semicocidos por dentro, lo que resulta más saludable y menos calórico.
Remueve constantemente: Es imprescindible para que todos los alimentos se hagan por igual y no se quemen. La técnica con el wok consiste en agarrarlo por el mango y realizar movimientos enérgicos adelante y atrás haciendo “saltar” los alimentos sobre las paredes del wok. También podemos ayudarnos de una espátula o unos palillos chinos para cocinar.
Añade los ingredientes en orden según su tiempo de cocción: Nunca introduzcas todos los ingredientes a la vez en el wok, porque la zanahoria tiene un tiempo de cocción distintos que el del calabacín o un trozo de pollo y si se añaden a la vez uno quedará demasiado cocido y el otro crudo. Piensa el orden antes de empezar a cocinar. Lo habitual es poner primero la carne para que desprenda los jugos y a continuación ir echando las verduras más duras primero y las tiernas al final. Por último, las salsas.
Cocina poco tiempo y a fuego fuerte: Es la base de cocinar al wok, lo que lo diferencia de una sartén, además su forma está pensada para distribuir el calor de forma uniforme y facilitar el salteado para no quemar los ingredientes.
El wok resulta muy versátil, ya que permite preparar carnes, pescados, fideos, verduras, arroz… Además, resulta ideal para dar salida a esos restos de medias verduras que todos tenemos por la nevera, ya que permite adaptar fácilmente las recetas: a cualquier plato le podemos poner zanahoria, cebolla, pimiento, pollo… El límite lo pone nuestra imaginación.
Si no tenéis wok y queréis comprar uno, veréis que hay bastantes opciones: totalmente redondos, con la base plana, de acero, antiadherentes, con dos asas y sin mango, etc… Mi consejo es que si lo vais a utilizar en casa vayáis a lo más cómodo y elijáis uno con la base plana para utilizar en vitrocerámica y antiadherente, así os ahorraréis complicaciones. Yo tengo este de Cocina con BRA y es una maravilla.
Aprovecho para recomendaros el mejor blog sobre recetas de wok y cocina asiática que he visto: The Woks of Life, está en inglés, pero merece la pena echarle un ojo, ¡es impresionante!
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Fotografías: Cooking experiences, Food moment y The Woks of Life.