Los cortadores son uno de los mayores vicios de las galleteras. Está claro que cualquier diseño puede hacerse con una galleta redonda, cuadrada o cortada a mano, pero hacer cada cookie con su propia forma y usar para ello un cortador diferente es algo totalmente irresistible.
Todas las galleteras somos compradoras un poco compulsivas de cortadores, pero luego nos enamoramos de uno y lo usamos para todo. Esto es lo que me sucedió con estos búhos, el enésimo uso de mi cortador de muñeco Playmobil que ya había utilizado por ejemplo AQUÍ y AQUÍ.
La elección de un cortador es un tema totalmente personal: ¿caseros o comprados? ¿plástico o metal? ¿baratos o caros?.
Los cortadores metálicos son los más fáciles de encontrar -como por ejemplo los de la marca Wilton que están en todas partes-.
Los de metal son por lo general resistentes y se pueden lavar en el lavavajillas, pero tienen la desventaja de que pueden tener un escalón en algún sitio –el punto donde el fabricante cerró el cutter– de manera que nos traicionen y hagan muescas en nuestras galletas.
También pueden acabar perdiendo su forma después de unos cuantos usos, y además es probable que se oxiden. Los de cobre solventan muchas de esas ventajas pero suelen ser caros y no se encuentran con tanta facilidad.
Los de plástico en cambio no suelen perder la forma y en general son más afilados por lo que procuran un corte más exacto.
Por contra son más delicados, han de ser lavados a mano y se rompen más a menudo;
También los hay con varias piezas o con extrusor, que son perfectos para hacer galletas sin decorar pero que yo no suelo emplear mucho cuando voy a cubrir con icing.
En fin, que para gustos los colores. Porque la mala noticia es que no existe el cutter perfecto. Y la buena, que en realidad casi todos sirven para hacer galletas.
Yo generalmente antes de comprar un cortador miro lo siguiente:
-Que la hoja de corte sea delgada y afilada, esto para mí es lo más importante
-Que sea suficientemente alto como para cortar las galletas de 0,6-0,8 cm
-Que no tenga muescas o tornillos que dejen marcas sobre la galleta
-Que no pierda su forma con el uso
-Que sea resistente
-Que se pueda limpiar fácilmente
-Que no sea muy caro –yo tengo mi presupuesto máximo fijado en 6 USD pero la mayor parte de mis cortadores no superan los 3 USD-.
Por todo esto, este cortador de Playmobil se encuentra entre mis diez favoritos.
Me encanta comprar cortadores, y más aún que me los regalen. Si estás pensando en regalar alguno a una amiga galletera, fíjate bien en que sean del tamaño adecuado a las galletas que suele hacer -a mí no me gustan los cortadores grandes- y que no sean formas básicas –círculos, corazones, cortadores de Navidad- porque ya los tendrá seguro.
Mójate, busca la originalidad y seguro que no te equivocas; aquí tienes algunas ideas:
Y si tu amiga galletera ya los tiene todos, cómprale este libro maravilloso que te enseña a usar cada cortador de mil formas diferentes e insospechadas:
¡Yo me lo pido para el día de la madre!
¿Y tú, cuales son tus cortadores favoritos? Si quieres contárnoslo o saber más sobre mis lugares favoritos para comprar cortadores, nos vemos en facebook.