La Semana Santa llega cargada de dulces tradicionales que solo se suelen ver durante esas fechas. Uno de ellos son las típicas torrijas de leche, y las no tan conocidas pero también propias de esas señaladas fechas, torrijas de vino. Este es un postre de sencillo, de origen humilde, en cuya elaboración hay que tener en cuenta una serie de factores que marcarán la diferencia entre un producto mediocre y unas torrijas de calidad. A continuación, os contamos cómo hacer las torrijas perfectas.
Aunque no se sabe con certeza el origen de este postre, sí se sabe que aparece documentada en un libro de siglo XV, en el que el autor, Juan de la Encina, recomienda que sea consumida por parturientas que verán así acelerada su recuperación. Durante el siglo XX, la torrija alcanzó gran notoriedad en los bares madrileños, donde se servía con vino. Se cree que su relación con la Semana Santa pudo deberse a la necesidad de dar salida al pan que sobraba en esas fechas, debido sobre todo a la reducción del consumo de carne.
A pesar de la sencillez de la elaboración de este postre, durante la festividad de Semana Santa podemos presenciar numerosas atrocidades, que van desde torrijas hechas con pan de molde, hasta torrijas que son almacenadas durante días en la nevera.
El chef repostero del Hotel Intercontinental de Madrid, Jesús Puebla, con más de 44 años de experiencias en la elaboración de este dulce típico, nos da las claves para elaborar las torrijas perfectas. Puebla reconoce que este postre es laborioso pero no complicado, por lo que invita a todo el mundo a que las prepare en casa. A continuación, compartimos con vosotros los secretos de este gran chef, tomad buena nota y aplicadlos a la hora de preparar torrijas en casa. El pan
Si queremos una torrija de calidad superior debemos elegir el mejor pan posible, y este, para Puebla, es sin duda el pan casero. La clave está en elaborar un pan de miga densa, con pocos alveolos. El pan que suelen vender para torrijas es un pan parecido a las baguettes, que, para Puebla, no resulta la mejor opción.
Así que, si queremos unas torrijas perfectas, lo primero es elaborar el pan en casa. En nuestra sección de pan casero podéis encontrar numerosas recetas con las que elaborar un pan estupendo, de entre todas ellas, os recomendamos este pan casero de trigo con masa madre. Si no te es posible elaborar tu propio pan, usa al menos pan del día anterior, y, preferiblemente, que sea compacto, para que retenga bien la leche.La leche
El segundo punto clave para elaborar una buena torrija es empapar bien el pan en leche. Es tan sencillo como poner en un cazo un litro de leche entera, 100 gramos de azúcar y una ramita de canela. Calentamos a fuego medio y, antes de que hierva, apartamos de la fuente de calor. Metemos las rebanadas de pan y las dejamos que se empapen bien. Luego las sacamos y las colocamos en una bandeja donde las dejamos reposar unos 10 minutos.Rebozado y fritura
En la mayoría de establecimientos utilizan aceite de girasol para llevar a cabo la fritura, aunque también es perfectamente válido el uso de aceite de oliva.
Debemos calentar el aceite hasta que alcance una temperatura de 170º C. Una buena forma de saber si el aceite está en su punto es echar un trozo de cáscara de naranja, si éste chisporrotea, el aceite ya está listo para comenzar a freír.
Cuando la torrija se ha empapado bien de leche, la pasamos por huevo batido, dándole la vuelta para que se impregne bien por todos lados, y la metemos en el aceite para freírlas.
Freiremos las torrijas por tandas, poniendo como mucho dos unidades a la vez, de esto modo la temperatura del aceite no sufrirá una bajada brusca. Tenemos que dar la vuelta a las torrijas para que se frían por ambos lados.
Es importante tener en cuenta que, en el caso de que vayamos a elaborar gran cantidad de torrijas, es conveniente colar el aceite cada pocas tandas, ya que, de no hacerlo, los restos quemados de huevo acabarán adheridos a las torrijas. Puebla recomienda colar el aceite cada 15 torrijas.El sirope
Las torrijas están deliciosas tal cual, aunque para darles un toque extra de dulzor también se suele emplear un sirope. Podemos usar distintos siropes; de arroz, de ágave, de maíz?, independientemente del elegido, es importante que éste no sea empalagoso. Si optamos por la miel, resulta interesante cocerla ligeramente con un poco de agua para aligerarla, obteniéndose de este modo un aguamiel suave. También podemos preparar un jarabe de azúcar elaborado con agua y azúcar, y aromatizado con canela y cáscaras de cítricos. Degustación
El mejor momento para degustar una torrija es cuando está recién hecha. Una vez que la metemos en en la nevera, ésta empieza a secarse, perdiendo buena parte de sus propiedades organolépticas. Puebla explica que en el hotel preparan una tanda de torrijas por la mañana, para servir como postre tras la comida de medio día, y otra tanda por la tarde, que será servida tras la cena. Hay que cuidar mucho este aspecto, y servir las torrijas a temperatura ambiente antes de que comiencen a secarse.
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Fuente: @elconfidencial