La verdad es que es una satisfacción plantar una semillita, ver crecer la plantita en casa, transplantarla a la tierra, mimarla y, cuando te das cuenta, recolectar tus propias hortalizas.
De momento, además de las espectaculares lechugas que no sabéis lo buenas que están, hemos recogido alcachofas -porque la planta aún no se ha enterado que ya no es temporada- unos pepinos y unos cuantos calabacines.
Quería preparar algo especial con el primer calabacín que recogimos. Un plato en el que realmente se notara el sabor del calabacín, para degustarlo y apreciar bien la diferencia con los comprados; no quería cocinarlo demasiado ni, por supuesto, hacerlo puré que es una de las opciones más socorridas para consumir esta curcubitáceas.
Así que, como algo bueno tiene que tener ver Máster Chef (jijiji) se me ocurrió hacer un tartar con un poco de salmón ahumado que tenía en el frigorífico sustituyendo el usual aguacate, por calabacín. Y conseguí esta delicia que, sobre todo el cachorrito mayor, devoró diciendo que estaba buenísimo.
Razón no le faltaba, por cierto.
Receta de tartar de calabacín y salmón
1 calabacín pequeño o 1/2 calabacín mediano.
Para hacer esta receta necesitaremos calabacines muy tiernos, que no sean demasiado grandes para que no tengan semillas interiores. He de decir que el mío pesaba 1 kg. más o menos, así que pequeño pequeño no era, pero sí tierno y no tenía aún semillas desarrolladas.
300 gr. de salmón ahumado
2 cucharadas de salsa de soja
el zumo de medio limón.
1 cucharada de aceite de oliva
especias al gusto (yo no suelo usarlas, sobre todo sin van a comer los cachorritos, porque no les gustan)
Pelamos el calabacín y lo cortamos en brunoise (es decir, en taquitos pequeños, usando el cuchillo).
Rociamos el calabacín troceado con el zumo de limón, la salsa de soja y el aceite de oliva y removemos bien. Dejamos marinar unos 10 minutos.
Cortamos el salmón de la misma manera que el calabacín, en taquitos, y mezclamos con aquel.
Servimos con un aro de emplatar, para que quede más cuqui y ¡a comer!
Como véis, no es solo una cena ligera y deliciosa si no que, además, la tendréis lista en menos de media hora y sin encender los fogones. Ideal para las noches de verano. A los cachorritos se lo acompañé de un huevo frito y, en serio, ¡les encantó!
Con esta receta me declaro, de nuevo, frescales. Lo que significa que participo en el reto BBSS de Marisa que tiene como lema "Platos fríos para el buen tiempo". Platos fríos y BBSS, es decir, buenos, baratos, sencillos y sanos. Creo que este tartar cumple con creces todos y cada uno de los requisitos.
No podéis dejar de probarla, ¿qué tal para este fin de semana?