Realmente «tosta» es una de esas palabras que «no existen» pero que se ha puesto de moda y todos usamos con cierta complacencia.
Lo bien cierto es que con la llegada del calor, nos apetece comidas y cenas más informales, y las tostas son una buena solución para improvisar una comida o cena rápida.
Para conseguir una buena tosta debemos tener en cuenta como mínimo estas condiciones:
Elegid el pan según los ingredientes que vayáis a utilizar. O bien los ingredientes en función del pan. Los panes más compactos te permitirán utilizar ingredientes más grasos o con más humedad. Para los ahumados, o para el salami, mejor utilizad el pan de centeno.
Untad el pan con una base que le proporcione jugosidad. Por ejemplo tomate rallado, aceite de oliva, una mayonesa, mostaza o un queso crema suave.
Utilizad un ingrediente principal sabroso y con personalidad (la proteína de la tosta). Aquí puede entrar lo que queráis: carne, carne curada, queso, embutidos, ahumados, huevo frito, huevo duro
Por encima ingredientes ligeros que aporten sabor y/o aroma. Verduras, frutas, hierbas aromáticas, aceitunas. Por ejemplo, con el queso podéis utilizar unos dátiles y con los embutidos fresas o piña.
Podéis hornear o gratinar la tosta. Si lleva queso o algún ingrediente graso mejorarán la textura y el sabor.
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