La necesidad de recuperar el ritmo habitual y las obligaciones laborales provocan cansancio, falta de energía, ansiedad, irritabilidad, insomnio e incluso falta de concentración, por ello, aquí tienes algunas recomendaciones para que el regreso de tus vacaciones no sea agotador.
Te dejaré algunas pautas fáciles de seguir, y con las que podrás ver buenos resultados en apenas unos días.
PARA TU DÍA A DÍA:
Aumenta el tiempo dedicado a dormir y al ejercicio. Estos son antídotos naturales para reducir el estrés, recobrar energías y mantener tu cuerpo y mente activos.
Aléjate de la tecnología por unas horas, trata de usar los dispositivos móviles lo menos posible, salvo en caso estrictamente necesarios. Estos no solo generan estrés, también atentan con la calidad de sueño. Si logras usar el móvil 2 horas menos cada día, ya estarás haciendo un gran avance.
Mantén tu rutina e incluso, aunque tengas otras ocupaciones, trata de mantener un pasatiempo con el que te sientas de buen humor.
Pon en práctica alguna técnica de relajación, respiración y estructuración del pensamiento para recobrar tu energía al regreso de las vacaciones.
Programa tu regreso a casa, por lo menos con tres días de anticipación. No vuelvas de las vacaciones un día antes de regresar al trabajo o escuela. Así prepararás mentalmente tu retorno.
Retoma gradualmente la intensidad del trabajo, lo ideal es que inicies con las tareas que te son más agradables.
Establece un horario regular para acostarte y levantarte, así como para tus comidas y tus actividades diarias.
Mantén una actitud realista y proactiva para todas las actividades que tienes por delante.
PARA TU ALIMENTACIÓN:
"Limpia"el organismo, es decir, retirar los posibles residuos tóxicos acumulados por los desajustes del verano.
"Desintoxica" el paladar de los sabores fuertes, dulces o extravagantes a los que puede haberse acostumbrado.
Reduce las calorías consumiendo menos hidratos y más proteínas, a fin de impedir la acumulación de tejido adiposo y de favorecer la utilización de los depósitos como fuente energética.
Controla la sensación de apetito excesivo, consecuencia de la ingesta excesiva de azúcares y grasas.
Bebe mucha, mucha, mucha agua, un mínimo de 8 vasos diarios. Es decir cada 2 horas bebe un vaso de agua aunque no tengas sed, y si quieres bebes más, aún mejor. Si lo necesitas usa la alrma para recordarlo.
Consume proteínas durante el día, principalmente en el desayuno, comida y cena. prefiere pollo o pavo, quesos bajos en grasas y yogures, huevos.
Deja los cereales integrales (arroz integral, avena,quinoa) para el desayuno o comida y nunca superes una porcion del tamaño de tu puño cerrado.
Consume verduras de hoja a voluntad, y limita la fruta a dos diarias.
Bebe muchas infusiones, es recomendable tener a mano una botella con infusión de hierbas e ir tomándola durante el día. La menta y el mate son muy buenas para ayudarte a mantener la energía y a sentirte saciada.
Fuente: este post proviene de Dieta Dukan, donde puedes consultar el contenido original.
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