Bon appétit amig@s,
Hoy preparo un guiso que he comido muchísimas veces en mi casa y es qui madre lo preparaba de maravilla: un conejo guisado con un toque francés- la mostaza de Dijon- y un toque italiano para acompañarlo- la polenta.
Delicioso, no muy complicado de preparar aunque- como todos los guisos- necesita algo de tiempo . Y como siempre digo, si lo hacemos de un día para otro, mejor sabrá. Así que como sé que es un plato que le gusta mucho a mi madre – viene a comer a mi casa el domingo- lo preparo la víspera y ya tengo la comida lista solo a falta de calentar. ¡Que bien!
Y para acompañar este guiso, me gusta optar siempre por la polenta – sémola de maíz- me encanta, facilísima también de elaborar y que también la preparo la víspera. La sacaré de la nevera unas horas antes de consumirla, la posicionar y darle unas vueltas en la sartén con un poco de mantequilla.
Un guiso de rechupete.
Ingredientes:
-Un conejo troceado
-Media cebolla
-Mostaza de Dijon
(normal o en granos- la que más se prefiera)
-Una hoja de laurel
-Medio litro de caldo de pollo
-200 ml de nata (crema de leche) para cocinar
-Sal
Para la polenta:
-250 gramos de polenta instantánea
-Un litro de agua salada
-Una nuez de mantequilla
-2-3 cucharadas de parmesano rallado
Empezamos por salar nuestros trozos de conejo. A continuación los vamos a envolver con la mostaza – yo me ayudo de un pincel pero se puede hacer perfectamente con las manos limpias.
Calentamos un poco de aceite en nuestra olla y doramos los trozos de conejo envueltos en mostaza hasta que estén dorados. Los retiramos y en la misma olla ponemos la cebolla cortada en juliana a pocharse un poco.
Volvemos a introducir los trozos de conejo dorados, añadimos el caldo y la hoja de laurel.
Lo cocemos a fuego suave durante unos 40-45 minutos.
Nuestro guiso- una vez frío- estaría listo para guardarlo en la nevera si lo hacemos 1 o 2 días antes.
Es importante que anotéis que la nata (crema de leche) solo se añade al guiso unos minutos antes de servir . Espesará la salsa y le dará un sabor excelente.
Para preparar la polenta:
Hervimos un litro de agua con sal. Cuando llegue a su punto de ebullición, vertemos la polenta y una hojita de laurel. A fuego suave la cocemos sin dejar de remover durante unos 2-3 minutos, espesará enseguida.
Fuera del fuego le añadimos una nuez de mantequilla y queso parmesano rallado.
Vertemos esta masa en una fuente a la que previamente hayamos engrasado con un poco de aceite.
Un poco antes de servir la cortamos en cuadraditos o redondeles y la doramos durante unos minutos en una sartén con una nuez de mantequilla.
Un plato muy completo y delicioso.
Bon appétit Mama
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