Para cerrar la época de los platos de cuchara me he inspirado en las calderetas de cordero típicas de los pastores. Un guiso contundente y sabroso; para los amantes del cordero y de untar pan.
Ingredientes para 4/6 personas
1 1/2 cordero (falda, puntas de costilla, paletilla)
400 g de cebollas
1/2 pimiento rojo
4 dientes de ajo
1 vaso vino blanco
Agua o caldo
Pimentón de la Vera
Perejil
Laurel
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
Pulir de grasa el cordero y trocear. Salpimentar.
En una cazuela amplia, sofreír ligeramente los trozos de carne con un poco de aceite de oliva. Retirar.
Trocear pequeña la cebolla y dos dientes de ajo. Sofreir hasta pochar.
Añadir el pimiento y sofreír hasta que se ablande un poco. Condimentar con sal.
Introducir la carne en la cazuela y verter el vaso de vino. Reducir el líquido completamente.
Echar el caldo o agua. Justo cubrir. Condimentar con el laurel y tapar para que se cueza a fuego muy lento.
A media cocción, más o menos, le echaremos la majada. Poned un pellizco de sal en el mortero. Machacar los dos dientes de ajo restantes, una cucharadita de pimentón de la Vera, y un poquito de caldo. Echar todo junto a la cazuela.
Terminad de condimentar con una buena picada de perejil fresco.
Removed el guiso de vez en cuando.
Hervir a fuego muy lento hasta que se forme una salsa espesa y la carne se despegue del hueso.
Servir con unas patatas fritas bien doradas.
¡Riquísimo!..