Siempre digo que soy fiorentina di cuore desde que viví un tiempo en Florencia y es que, aunque siempre me fascinó su cultura y su idioma, estar allí ha sido una de las experiencias más bonitas de mi vida porque pude continuar mis estudios de italiano y sentir prácticamente el arte a pie de calle, cuando tienes el lujo de vivir en una ciudad que es un museo al aire libre y disfrutas de la compañía del Duomo cada día.
Si hablamos de colazione o desayuno, un acompañante indiscutible del café cappuccino es el cornetto. Y bueno, muchos nos preguntaremos... ¿Qué es el cornetto exactamente? ¿Es un croissant? Pues lo cierto es que el cornetto deriva del kipfel de Viena que ya existía en el siglo XVII y el croissant tiene constancia en la historia de Francia casi a mediados de XIX... Entonces quizás podríamos decir que el croissant podría tener origen centroeuropeo al ser Austria el primer país del que se tiene referencias.
Sin entrar en diferencias sobre su origen, porque cada país tiene la suya, en Italia se dio a conocer esta elaboración a través del comercio entre Austria y la entonces República de Venecia. Esta receta se fue extendiendo por los obradores del norte de Italia y con el tiempo se ha ido versionando hasta obtener una receta propia de los maestros de Arte Bianca italianos, como se les conoce a los maestros de obrador, en alusión a su trabajo con la harina.
Existen desde más hojaldrados, que nos recuerdan más a los croissants franceses o más tipo brioche. No hay una receta establecida, podemos encontrarlos con más o menos mantequilla en la masa y el resultado será diferente. A más mantequilla, más hojaldrados y más parecidos a los croissants franceses que conocemos.
Este pastel con forma de media luna o cuerno (cornetto), se ha convertido sin duda en el símbolo del desayuno en Italia, en versión sencilla o relleno de crema pastelera, mermelada o chocolate. Podemos encontrarlo en las pastelerías, obradores, supermercados...es toda una tradición que como bién habéis leído anteriormente, cuenta con siglos de historia.
La versión que os traigo es de una receta italiana que es la primera vez que elaboro. Como podéis ver lleva un hojaldrado con mantequilla, donde tenemos que hacer los pasos de doblado para integrarla en la masa. Pero sin embargo la harina que usamos es floja, no es la clásica de fuerza. Quise probar esta versión y tenemos como resultado unos cornetti muy suaves, a medio camino entre croissant y brioche.
Pasamos a la ricetta!
Ingredientes:
-400 grs. harina 170w
-200 grs. leche
-20 grs. levadura fresca
-80 grs. mantequilla
-50 grs. azúcar
-9 grs. miel
-1 cdta. sal
-200 grs. mantequilla para laminar
-Crema de cacao para el relleno y azúcar glass para decorar
*yema de huevo y leche para pintar.
Preparación:
Comenzamos mezclando la leche tibia, con la levadura y una cucharada. de azúcar. Dejamos reposar unos 10 minutos.
En una amasadora, añadimos la harina, la mezcla de la levadura, el azúcar, la miel, la mantequilla y la sal. Amasamos hasta que obtengamos una masa suave y elástica.
Llevamos a la nevera 1 hora. Por otra parte, haremos un rectángulo con la mantequilla para laminar. Lo estiramos entre dos hojas de papel film y lo llevamos a la nevera a enfriar igualmente.
Estiramos nuestra masa en forma de rectángulo, ponemos la capa de mantequilla en el centro y lo cerramos hacia el centro como si fueran dos tapas y luego lo cerramos en forma de libro. Estiramos un poco con el rodillo y llevamos a la nevera 1 hora.
Luego haremos un cuadrado que estiraremos en forma de rectángulo de 18x20 cm. Cortamos tiras de 10x20 cm. De cada una de esta tiras, cortamos dos unidades en diagonal con ayuda de un cortapizzas.
Ponemos un poco de crema de cacao en la base, la parte del triángulo más ancha, y enrollamos. Colocamos y dejamos levar en la bandeja de horno hasta que doblen el tamaño.
Pintamos con una mezcla de yema de huevo y leche antes de levar y horneamos a 180 grados unos 20 minutos. Retiramos cuando estén dorados en la base. Dejamos enfriar en una rejilla y espolvoreamos con azúcar glass. Buon appetito!
No sé si conocíais la receta de esta elaboración italiana o si pensábaís que era la versión italiana del croissant como a priori pensamos todos. Me alegra compartir la historia de esta elaboración que tanto significa en Italia y que, como podéis ver, tiene historia propia y cuestiona los orígenes del propio croissant francés, porque de ser así, los cornetti ya existían antes de hornearse los primeros croissants en las boulangeries francesas.
Quiero seguir probando versiones para ver cuál de ellas me convence más. A ésta no le pongo quejas porque nos ha encantado y mi familia prácticamente ha devorado los cornetti...pero quiero ver el resultado de la versión más brioche.
Espero que os haya gustado la receta y vuelvo muy pronto con más propuestas.
Un saludo muy dulce,
Maribel García