Las costillas son ideales para guisar, asar, freír y emparrillar. Pero a los guisos con patatas, menestra y arroces también les va bien el codillo y la aguja. Para sacar mas partido a la carne compra un trozo de lomo con costillar y pide al carnicero que retire y corte las costillas; podrás preparar dos comidas distintas.
Ingredientes (para dos personas):
300 gr de costilla de cerdo
300 gr de níscalos frescos
3 patatas
1 cebolla
1 pimiento verde (yo he puesto rojo)
2 dientes de ajo
1/2 vaso de vino blanco
unas hebras de azafrán
una pizca de pimentón picante
aceite de oliva
sal y pimienta
perejil
Preparación:
Cortamos las costillas en trozos no demasiado grandes y las salpimentamos (podemos traerlas troceadas ya de la carnicería). Las doramos en una sartén con un chorrito de aceite. Reservamos.
Picamos finamente la cebolla, el pimiento y un diente de ajo. Ponemos las verduras a rehogar en la olla rápida con el mismo aceite que hemos utilizado para freír las costillas. Salpimentamos al gusto. Cuando la verdura ya se haya pochado, añadimos las costillas. Vertemos el vino blanco por encima de ellas, cubrimos con agua y añadimos pimentón picante al gusto y unas hebras de azafrán para que den algo de color.
Cortamos las patatas y las añadimos al guiso de costillas. Cerramos la olla y cocinamos durante 8 minutos.
Mientras tanto, salteamos los níscalos, muy limpios y troceados en un poco de aceite, con el diente de ajo restante picado, una pizca de sal y perejil picado.
Una vez que podamos abrir la olla, incorporamos los níscalos troceados y dejamos cocer el conjunto, sin cerrar, durante 2 o 3 minutos más, a fuego suave.