Es uno de los postres más antiguos de Europa, dentro de su categoría, pues ya aparece en los recetarios medievales catalanes. Y se comía acompañada de unas cocas.
La abuela de mi marido la bordaba y me dejó en herencia un trozito de papel con la receta escrita de su puño y letra, receta que por cierto elabora igual Mireia Carbó. Aquí la tenéis:
INGREDIENTES
½ litro de leche
100 gr. de azúcar
4 yemas de huevo
20 gr. de Maicena
La piel de ½ limón
½ rama de canela
PREPARACIÓN
Mezclar las yemas con la maicena y un poco de leche con el batidor de mano.
Llevar a ebullición el resto de leche con la piel del limón, el azúcar y la canela, removiendo a fuego medio. Dejar enfriar la leche y añadir al bol las yemas. Sobre todo, la leche debe estar fría sino cuajaría las yemas.
Colarlo todo en el cazo donde pusimos a hervir la leche y hacerlo coer hasta conseguir una crema espesa y fina sin dejar de remover.
Repartir la crema en las cazuelitas y dejar enfriar a temperatura ambiente. Cuando vayamos a guardarlas en la nevera, colocar por encima de la crema papel film en contacto con la misma. Así evitaremos que se le forme costra.
Quemar con azúcar justo antes de servir.