Al parecer evolución de las natillas, ya presentes en la República de Roma, la crema catalana ya se menciona en recetarios medievales del siglo XIV.
Postre habitual en fiestas y celebraciones, marca la tradición que debe comerse el día de san José (19 de marzo), y por eso recibe también el nombre de crema de sant Josep.
Es en esencia una crema a base de yema de huevo, azúcar, leche y almidón, aromatizada con canela y piel de limón, y cubierta al servirla de una capa de azúcar caramelizado, quemado directamente sobre la crema.
Ingredientes
45 g de azúcar
10 g de harina de maíz
250 ml de leche
60 ml de nata (crema de leche) líquida
3 yemas de huevo
1/2 rama de canela
piel de limón
piel de naranja
una pizca de anís verde
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
azúcar para quemar
Para 3 o 4 raciones
Preparación
Colocar en un cazo al fuego la leche, la nata (crema de leche), la canela, la vainilla, el anís verde, la piel de naranja y la piel de limón. Llevar a ebullición, retirar del fuego y dejar templar.
En bol batir las yemas de huevo con el azúcar, hasta que la mezcla blanquee.
Añadir la harina de maíz y seguir batiendo hasta incorporarla a la mezcla y que no queden grumos.
Colar la leche, para retirar los restos de especias y las pieles de limón y naranja, y verterla sobre la crema, removiendo con las varillas para que no se corte.
Volver a colocar en el cazo y calentar a fuego lento sin dejar de remover la mezcla. Cuando empiece a espesar la crema retirarla del fuego, batirla ligeramente y repartirla en los platos o moldes para servir. Una vez fría conservar en la nevera.
Antes de servirla espolvorear toda la superficie de la crema con azúcar y quemarla con ayuda de un soplete de cocina, o una resistencia especial para quemar azúcar.
Un truco para intensificar el aroma cítrico es rallar un poco de piel de naranja y limón y colocarla en el fondo del plato. Puede acompañarse con neulas (barquillos).