La crema catalana, conocida también como crema quemada, es un postre típico de la cocina catalana.Generalmente se come para la festividad de San José, pero se ha vuelto tan popular que se come en toda España y durante todo el año.
Como en casi todos los dulces tradicionales, suele versionarse dependiendo de la casa en que se haga, aunque básicamente es una crema hecha con yema de huevo, leche ,azúcar y almidón de maíz, aromatizada con piel de naranja, limón y canela...
Y en el Asaltablog de este mes, nos ha tocado asaltar el blog de Pilar, Per sucar-hi pa, uno de los blog que visito asiduamente porque me encanta todo lo que hace, Es un blog claro, limpio y donde tiene maravillosas recetas, muy bien explicadas y resueltas.
Ha sido todo un placer asaltarte Pilar, lo difícil ha sido elegir solo una... he elegido la crema catalana porque me encanta , no la había hecho nunca y tenía muchas ganada de hacerla, y sinceramente, ha sido todo un éxito, nos ha sabido a poco, la repetiré muchas más veces. Con el doble de cantidad porque con tus cantidades solo salen 3 cuencos... yo os dejo las cantidades para 6 cuencos.
Ingredientes para 6 cuencos:
- 6 yemas de huevo
- 90g de azúcar
- 20g de almidón de maíz (maizena)
- 500 ml de leche
- 120 ml de nata (crema de leche) líquida (crema de leche)
- 1 rama de canela
- 1 trozo de piel de limón
- 1 un trozo de piel de naranja
- 1 cucharadita de anís en grano
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- azúcar para quemar
En un cazo ponemos la leche, la nata (crema de leche), la vainilla, el anís en grano, la piel de naranja y limón y lo llevamos al fuego hasta que empiece a hervir. Lo retiramos del fuego y dejamos infusionar hasta que se enfríe.
En un bol ponemos la yemas de huevo y las batimos con el azúcar hasta que empiecen a blanquear, añadimos la harina y la mezclamos con los huevos hasta que no queden grumos. Añadimos la leche infusionada colada a través de un colador y la mezclamos bien.
Volvemos a poner el cazo al fuego y la cocemos a fuego medio hasta que empiece a espesar, moviéndola continuamente para que no se pegue. La retiramos del fuego y la repartimos en los cuencos. Una vez fría la llevamos al frigorífico.
Antes de servirla le ponemos bastante azúcar por encima y la quemamos con un soplete de cocina o un quemador especial para ello.
¡Queda riquísima!
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