Receta para hacer crema catalana
La crema catalana, o crema quemada, es un postre muy representativo de la cocina catalana. Se elabora a base de crema pastelera que se cubre con azúcar caramelizado, aportando al plato un contraste delicioso. Lo habitual es que se prepare durante el Día del Padre (19 de marzo), aunque se puede encontrar en gran número de bares y restaurantes durante todo el año.
Para la elaboración de esta receta se usan yemas de huevo, harina de maíz o de trigo, azúcar, y leche aromatizada con corteza de naranja, o limón, y canela. Una vez lista, la crema se deja enfriar en la nevera antes de espolvorear por encima azúcar y quemarla con un soplete o una pala de hierro. Lo tradicional es servir la crema en pequeñas cazuelas de barro individuales.
En numerosas regiones de Cataluña se puede ver una versión helada de esta receta. También en la cocina francesa podemos encontrar una crema muy parecida llamada crème brûlée. En esta ocasión se suelen utilizar los huevos enteros, y la leche se sustituye por nata (crema de leche). Como cobertura la crème brûlée presenta azúcar moreno caramelizada.
A continuación, os dejamos con el paso a paso para elaborar esta crema. No dejéis pasar la oportunidad de preparar este rico postre. Hay quien dice que su sabor evoca a preparaciones diversas; helados, espumas, turrón, etc. La elaboración es muy sencilla, y esperamos que con el vídeo que también os compartimos se disipe cualquier duda que se os pueda presentar.Vídeo de la Receta
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Ingredientes [Para 2 personas]:
Leche - 500 ml
Yemas de huevo - 4 unidades
Corteza de limón - 4 tiras
Canela en rama - 1 unidad
Azúcar - 75 gramos
Almidón de maíz - 25 gramosElaboración de la Receta
Con la ayuda de un pelador, cortamos varias tiras a la corteza del limón. Intentaremos extraer solo la zona amarilla, ya que la capa blanca que hay inmediatamente debajo puede aportar un toque ligeramente amargo a nuestras elaboraciones.
En un cazo, ponemos la leche (tenemos que reservar un poco para disolver el almidón de maíz), la canela en rama y la corteza de limón. Llevamos a ebullición. Cuando rompa a hervir, cocinamos durante 5 minutos. Retiramos el cazo del fuego y dejamos que la leche se atempere.
Cascamos los huevos y separamos las claras de las yemas. Las claras las reservamos para preparar otra elaboración, como, por ejemplo, unos ricos merengues de canela y chocolate.
Las yemas las ponemos en un cuenco. Añadimos el azúcar. Con la ayuda de un batidor de mano, batimos ambos ingredientes hasta que el azúcar se disuelva.
Ponemos el almidón de maíz en un cuenco pequeño. Vertemos la leche que hemos reservado y mezclamos para que el almidón se disuelva. Añadimos la mezcla al cuenco donde hemos batido las yemas y el azúcar.
Una vez que la leche se ha atemperado, la hacemos pasar a través de un colador vertiéndola directamente en el cuenco donde tenemos las yemas. Batimos hasta homogeneizar la mezcla.
A continuación, pasamos la mezcla al cazo y llevamos al fuego. Calentamos suavemente, sin dejar de remover, hasta que espese. La consistencia debe ser parecida a la de unas natillas.
Vertemos la crema en las cazuelas de barro y dejamos que se enfríe. Una vez fría, la metemos en la nevera y la dejamos reposar durante varias horas.
A la hora de servir, espolvoreamos abundante azúcar granulado por la superficie de la crema. Con la ayuda de un soplete de cocina quemamos el azúcar hasta que se dore intensamente. Servimos de inmediato.
Anotaciones y Consejos
Os animo a que probéis a elaborar este dulce haciendo pequeñas variaciones en la receta que hoy os proponemos. Podéis usar corteza de lima, de naranja, de kumquat, etc. También podéis espolvorear azúcar de caña puro en lugar del refinado, o sustituir la leche de vaca por diversas leches vegetales. Probando distintas versiones daréis con la que más se adapte a vuestros gustos.