En otros tiempos se la llamaba "el alma de todas las golosinas". Hoy y siempre es el ingrediente principal de muchos postres.
Fruto de una orquídea salvaje cuyos tallos pueden llegar a medir mas de cien metros, perfumaba el cacao de los aztecas, que la nombraban "tlizochitl". Los conquistadores la descubrieron en el siglo XVI y la bautizaron "Vainilla".
En los últimos tiempos, instigada por algunos célebres chefs, suele evadirse del territorio de la dulzura para integrarse en creaciones saladas. Alain Senderens provocó una conmoción en los restaurantes europeos cuando presentó. en 1981, su bogavante con salsa de vainilla: una receta que para unos merece figurar en la historia del arte culinario y para otros no es más que un delirio.
Nuestras propuestas, en cambio, serán aceptadas por unanimidad.
Crema cocida de vainilla
Ingredientes
Leche: 500 cc
Crema de leche: 360 cc
Azúcar: 200 g
Esencia de vainilla: unas gotas
Gelatina sin sabor: 14 g
Vermouth: 5 cucharadas
Coulis
Frambuesas: 250 g
Azúcar: 2 cucharadas
Jugo de limón: 3 cucharadas
Preparación
Hervir la leche, la crema y el azúcar a fuego lento durante a fuego lento durante 15 minutos. Al apagar la hornalla perfumar con la vanilla.
Hidratar la gelatina en un poco de agua y disolverla en el vermouth caliente. Hervir sobre llama suave, retirar y dejar entibiar. Unir con la preparación anterior.
Para el coulis procesar las frambuesas con el azúcar y el jugo de limón.
Verter en un molde acanalado o en moldecitos individuales y llevar a la heladera por 12 horas. Desmoldar y servir con el coulis.