El calabacín blanco es algo más suave que el verde, con una piel más fina y suelen ser redondeados. Los encontré en una verdulería que tienen muchas verduras de producción propia a precios muy competitivos. Al ser de km.0 pueden poner mejores precios y además las verduras no sufren con el viaje, lo que se nota luego en el plato.
No le he puesto patata, ya que tenía 3 calabacines de medio kilo cada uno. No les hice foto con las prisas, pero para que os hagáis una idea os pongo esta de Les Refardes, una tienda de semillas, pues eran más o menos así.
-1.5 kg. de calabacines blancos troceados
-1 cebolleta picada
-3 lonchas de queso gouda tierno
-jamón serrano troceado
-una pastilla doble carne Knorr
-pizca de ajo en polvo y nuez moscada
-AOVE
-sal
Sofreímos la cebolleta con un poco de aceite y sal a fuego lento y removiendo 10 minutos. Añadimos el calabacín en trozos y cubrimos lo justo con agua. Agregamos la pastilla de caldo y llevamos a ebullición. Bajamos el fuego, tapamos y cocemos 15 minutos. Añadimos el queso gouda troceado.
Trituramos el conjunto y agregamos una pizca de ajo en polvo y nuez moscada. Rectificamos de sal.
Emplatamos y coronamos con un poco de jamón serrano.