El verano ya llego y con el la primera ola de calor, estos días ni apetece meterse en la cocina para cocinar, pero podemos preparar recetas saludables que nos ayuden a tener una buena alimentación y sean refrescantes.
Hoy os propongo una crema de pepinos, esta hortaliza que aporta a nuestros platos un toque de frescor imprescindible en verano, es muy ligera y posee propiedades diuréticas y laxantes. La utilizamos en preparar nuestros gazpachos, ensaladas y por que no en una deliciosa crema fría de pepinos, que podremos tomar tanto para la comida como la cena.
El pepino destaca por su elevado contenido en agua, su aporte de potasio y sus escasas calorías. Por otro lado, un poco de cebolla confitada o sofrita puede ser un magnífico complemento para cualquier tipo de crema o sopa ya que, a sus numerosas virtudes nutritivas, hay que sumarle el hecho de, que confitada en aceite, resulta más suave y digestiva y conserva buena parte de su contenido vitamínico.
Con esta receta participo en el Reto del mes de junio de Cocineros del Mundo en el apartado salado.
INGREDIENTES:
6 pepinos
2 zanahorias pequeñas
2 cebollas grandes
1 diente de ajo
1 bolsa de tres quesos rallado
2 rebanadas de pan de molde
4 cucharadas de nata (crema de leche) liquida
500 ml de agua
5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
sal al gusto
ELABORACIÓN PASO A PASO:
Preparamos las verduras para cocinar, limpiando las zanahorias, pelar las cebollas, el ajo y los pepinos, retirando las semillas de estos últimos.
Disponemos todas las hortalizas, (reservando una de las cebollas) en una cacerola con aceite y se cuecen una hora a fuego lento. Pasado este tiempo se retira el recipiente del fuego.
Seguidamente se colocan las verduras en un procesador de alimentos, se les agrega el agua y una pizca de sal, se tritura todo hasta obtener una crema homogénea y sin grumos.
Disponemos la crema en la cacerola y se cocina de nuevo entre cinco y diez minutos más, mientras se le incorpora la nata (crema de leche) liquida.
Entre tanto, se corta la cebolla que tenemos reservada con anterioridad en un fina juliana, se añade en frío a una sartén con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y se saltea, a fuego lento, para que se confite.
Aparte, se reparte el queso rallado por encima del pan de molde, se gratinan dos minutos en el horno a temperatura media.
Se monta finamente el plato al repartir la cebolla confitada en el fondo de cuatro boles, sobre los que se vierte la crema de pepino, junto con las rebanadas de pan divididas en ocho parte iguales.
Espero que os guste mi propuesta, como habéis visto es un plato muy sano y con una buena fuente de nutrientes.
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